En un movimiento estratégico para esquivar una posible sanción significativa por parte de la Comisión Europea, Google ha presentado una nueva propuesta para modificar la visualización de sus resultados de búsqueda en el mercado europeo. Esta acción responde a las acusaciones de la Comisión de que el gigante tecnológico estaría priorizando sus propios servicios, como Google Shopping, Google Hotels y Google Flights, sobre los de sus competidores, en potencial incumplimiento de la Ley de Mercados Digitales (DMA).
La DMA, en vigor desde principios de año, marca un antes y un después en la regulación de las grandes plataformas tecnológicas, estableciendo obligaciones claras para fomentar una competencia más equitativa y limitar comportamientos auto preferenciales.
Según la documentación consultada por Reuters, la nueva propuesta de Google contempla otorgar a los servicios de búsqueda vertical (VSS) seleccionados con criterios objetivos y no discriminatorios un espacio destacado en la parte superior de la página de resultados. Este espacio tendría el mismo diseño, funcionalidad e información que los cuadros que Google reserva para sus propios servicios, incluyendo tres enlaces directos seleccionados por el proveedor del VSS, relacionados con sectores clave como turismo, restauración o transporte.
Otros servicios verticales seguirán apareciendo en los resultados, aunque sin visibilidad preferente salvo que el usuario interactúe de forma directa.
Google ha comunicado que, aunque no comparte las conclusiones preliminares de la Comisión, está dispuesto a colaborar para encontrar una solución práctica que cierre el procedimiento en curso. “Sin perjuicio de nuestra posición, queremos avanzar hacia una solución viable”, indican los documentos remitidos a las partes interesadas.
La Comisión ha convocado una reunión con los principales actores del sector para el próximo 8 de julio, en la que se espera recibir feedback sobre la propuesta. No obstante, varias compañías del sector, que han solicitado anonimato, han manifestado que los cambios planteados por Google no garantizan aún una igualdad real de condiciones en el acceso al mercado.
Este caso se perfila como un precedente para evaluar hasta qué punto la DMA puede reequilibrar el ecosistema digital europeo. Para las empresas que operan en mercados donde Google actúa como puerta de acceso al consumidor final, el resultado de este proceso será determinante en términos de visibilidad, tráfico y conversión. Asimismo, pone sobre la mesa la necesidad de revisar las estrategias de posicionamiento y diversificación en canales digitales ante un entorno normativo cada vez más exigente.