Hace un año Akamai creaba lo que se aseguraba que era “la nube que necesita la próxima década”. Lo decía el Dr. Tom Leighton, cofundador y director ejecutivo de Akamai, ante el lanzamiento de Connected Cloud, la propuesta basada en la tecnología de Linode que Akamai compró en febrero de 2022 por 900 millones de dólares.
Tras el lanzamiento de Akamai Connected Cloud la compañía implementó nuevas regiones informáticas centrales en todo el mundo. La última de estas regiones, que hace la vigésimo quinta del mundo y la séptima de Europa, es Madrid, donde la compañía ha abierto un nuevo centro de datos que demuestra, entre otras cosas, “el potencial que la compañía ve en el mercado español”, aseguraba Francisco Arnau, responsable de Akamai para España y Portugal, durante un encuentro con prensa especializada.
La siguiente fase de la estrategia de la compañía para transformar el mercado de la nube se llama Gecko, o Generalized Edge Compute, que combina la potencia de Akamai Connected Cloud con la proximidad y eficiencia del borde para acercar las cargas de trabajo a los usuarios. “Nosotros venimos a hacer algo completamente diferente, algo que no hace nadie: llevar el modelo cloud a un modelo distribuido donde las cargas de trabajo se ejecuten de forma cercana al usuario final”, explicaba Federico Dios, evangelista y Cloud Security & Performance de Akamai.
Anunciado hace un par de semanas, Gecko está diseñado para permitir que la computación, de forma generalizada, se implemente sobre la red Edge mundial existente de Akamai, aprovechando las herramientas, procesos y capacidad de observación existentes para proporcionar una experiencia coherente en todo el proceso de computación desde la nube hasta el Edge. Gecko trasladará la computación tradicional más pesada, normalmente confinada a centros de datos centralizados, al edge de la red de Akamai. Esto llevará la computación integral a cientos de ubicaciones previamente difíciles de alcanzar, permitiendo a los clientes mover cargas de trabajo más cerca de sus usuarios.