Cuando pensamos en innovación solemos imaginar grandes proyectos en laboratorios digitales, complejas aplicaciones de inteligencia artificial o espectaculares desarrollos tecnológicos. Sin embargo, en una industria de activos intensivos como la ferroviaria, la verdadera transformación ocurre en espacios mucho más discretos. Y es que el mayor retorno no siempre está en lo espectacular, sino que en los mismos talleres de mantenimientos reside la verdadera palanca de competitividad.

Esos centros, cuya actividad es menos visible que la del operador, resultan clave para asegurar que los trenes están en condiciones adecuadas para circular, tanto técnicas, como de seguridad o confort. Son los responsables del mantenimiento de los trenes de forma preventiva y así mismo, realizan correctiva en caso de accidentes, averías o vandalismo. Además, los transforman o modernizan para adaptarlos a la normativa vigente o a nuevos requisitos del operador, a lo largo de los años de vida de cada tren.
Y lo cierto es que en nuestras bases de mantenimiento están pasando muchas cosas, como el proyecto de impresión 3D de pequeñas piezas descatalogadas, excesivamente caras o con plazos de entrega inasumibles para el servicio. Un proyecto que nos está ahorrando costes y que está acelerando de forma notable las reparaciones en muchos casos.
Por otro lado, estamos explorando nuevas propuestas con ayuda del departamento de Innovación y el programa TrenLab. Propuestas para aumentar la eficiencia de los talleres utilizando tecnologías de vanguardia que permitan digitalizar los procesos de inspección y mantenimiento ferroviario.
No se trata solo de incorporar tecnología, sino de mejorar la trazabilidad y la eficiencia del trabajo diario de los equipos de mantenimiento. El objetivo es orientar la digitalización al puesto de trabajo del personal de mantenimiento, eliminando la recogida manual de información y el papel. De esta manera se da, un paso decisivo hacia un modelo en el que la digitalización aporta certeza, agilidad y fiabilidad.
La implicación de todos los equipos, desde negocio y sistemas hasta operarios, es clave para adaptar la herramienta, propuesta por Cyraco, a la realidad del taller. La tecnología debe de estar al servicio de las personas, no al revés. Por eso, es fundamental un sistema que permita introducir la información sobre las tareas de mantenimiento, permitiendo su verificación y almacenamiento en formato digital. Ya no se trata solo de confiar en que se ha hecho una revisión, sino de tener la certeza de qué se ha hecho, cuándo y quién.
La aplicación de estas tecnologías tiene resultados muy positivos, porque las validaciones que antes tardaban varios minutos ahora se completan en segundos y los errores de registro prácticamente desaparecen. El sistema no solo acelera los procesos, sino que aumenta la fiabilidad de los datos y la capacidad de anticipar incidencias.
Entre tanto, aprendemos lo que significa realmente innovar: desarrollar herramientas que permitan adoptar un enfoque proactivo en lugar de reactivo, anticiparse a las incidencias y migrar hacia un mantenimiento basado en condición, donde se repara en función del estado del tren. La información es conocimiento y el conocimiento permite tomar decisiones más rápidas, seguras y eficientes.
La innovación permite transformar procesos manuales en formatos digitales estructurados, generando agilidad, trazabilidad y reducción de errores. Facilita la analítica avanzada de datos.











