España se posiciona entre los países más generosos del mundo en incentivos fiscales a la investigación y desarrollo (I+D), pero las empresas siguen enfrentando importantes obstáculos para beneficiarse plenamente de ellos. Así se desprende del informe The Benchmark 2025, elaborado por Ayming, consultora internacional especializada en la financiación de la innovación, que analiza los regímenes fiscales de 24 países en función de la generosidad del sistema y la facilidad de aplicación.
Según el estudio, España ofrece un índice de generosidad del 29,6 %, una cifra que la sitúa por delante de potencias como Alemania (25 %), Reino Unido (21,5 %), Italia (22 %) o incluso China (18,75 %). Sin embargo, esta ventaja fiscal se ve limitada por una burocracia compleja y unos criterios de innovación especialmente exigentes. El informe advierte que estas barreras están frenando el impacto real de los incentivos sobre el tejido empresarial.
El sistema español permite a las empresas recuperar hasta 59 céntimos por cada euro invertido en I+D, gracias a un régimen que no discrimina por tamaño ni estructura. No obstante, el acceso a estas deducciones está condicionado a una justificación técnica y económica rigurosa, evaluada por la Agencia Tributaria. Además, los cambios legislativos recientes limitan la aplicación de estas ayudas a los cuatro últimos ejercicios fiscales no prescritos, lo que añade presión a las empresas para gestionar sus proyectos con precisión y estrategia.
El informe también pone el foco en la deducción por “Innovación Tecnológica”, una alternativa que permite a las empresas acceder a un 12 % de deducción bajo criterios menos estrictos, ya que la novedad se evalúa de forma más subjetiva. Este mecanismo facilita que más proyectos puedan optar a beneficios fiscales, aunque no siempre logra compensar la rigidez del sistema principal de I+D.
Comparativa internacional de incentivos fiscales al I+D
The Benchmark 2025 también compara la situación con la de países vecinos, destacando las fortalezas de modelos como el francés o el portugués. Francia, por ejemplo, combina una alta generosidad (30 % sobre los primeros 100 millones de euros invertidos) con una mayor facilidad de acceso, especialmente para las pymes, que pueden recibir reembolsos inmediatos si no consumen toda su deducción.
Portugal, por su parte, lidera el ranking de generosidad fiscal con un índice del 49,4 %. Su sistema permite deducciones de hasta el 82,5 % si se combinan tramos fijos e incrementales. Además, las pymes sin beneficios pueden beneficiarse desde el inicio de su actividad con deducciones del 15 %. A pesar de ello, su régimen de Patent Box —que incentiva la explotación de activos intangibles como patentes o software— sigue siendo uno de los más complejos de aplicar.
En este terreno, España se sitúa en la media, con un índice de generosidad del 15 % y una dificultad de acceso moderada, similar a la de Francia y Reino Unido. En contraste, Italia destaca con un régimen Patent Box calificado como “fácil” y una generosidad superior al 30 %, lo que lo convierte en el más favorable de Europa en este aspecto.
El informe también destaca que para que España consolide su posición como país atractivo para la inversión en innovación, debe simplificar el acceso a sus incentivos y adaptarlos mejor a las necesidades de las pymes. A diferencia de modelos como el británico o el francés, el sistema español no contempla beneficios fiscales diferenciales según el tamaño empresarial, lo que dificulta el acceso de pequeñas y medianas empresas al régimen de deducciones.
España, según Ayming, dispone de un marco fiscal con un potencial indudable, pero requiere una mayor claridad normativa, seguridad jurídica y agilidad administrativa para que las empresas puedan transformar sus ideas en soluciones reales y competitivas.
Para Carlos Artal, director general de Ayming en España, “nuestro país cuenta con un marco fiscal atractivo para las inversiones en I+D, pero aún queda camino por recorrer. La complejidad para justificar técnicamente los proyectos, junto con los estrictos criterios de novedad, siguen siendo una barrera significativa para las empresas”.