Al igual que la agilidad, la transformación digital es uno de esos términos manidos con significado distinto para cada persona y que corren el riesgo de convertirse en irrelevantes. Es realmente inoportuno, ya que, al igual que la agilidad, la transformación digital es un concepto sustancialmente importante y esencial para el éxito continuado en los dinámicos entornos empresariales en la actualidad. Por esta razón, me permitiré una breve aclaración conceptual.
La necesidad de la transformación digital se debe a las crecientes presiones competitivas debidas a la acelerada emergencia y proliferación de nuevas tecnologías digitales. Si bien las tecnologías digitales pueden ayudarte a crear valor, reducir el riesgo y optimizar las operaciones, también aumentan la amenaza de nuevos competidores (al reducir las barreras de entrada) y de productos y servicios alternativos. Al mismo tiempo, los clientes tecnológicos están modificando sus expectativas y comportamientos. Ningún sector es inmune, como dejó patente la disrupción en el sector hotelero causada por Airbnb y la disrupción en el sector de servicios financieros provocada por diversas plataformas de «compre ahora, pague después», por nombrar algunos.
La transformación digital es especialmente importante para las empresas consolidadas que se ven forzadas a reinventar sus antiguos modelos operativos y de negocio. Las organizaciones pueden aprovechar las tecnologías digitales para mejorar sus funcionalidades o desarrollar otras nuevas que les permitan obtener una ventaja competitiva sostenible creando y captando más valor, y entrando al mismo tiempo en nuevos mercados o sectores. Nokia, por ejemplo, se ha reinventado a sí misma con éxito en varias ocasiones durante los últimos 155 años, desde sus orígenes como una sencilla empresa papelera hasta convertirse en una de las principales corporaciones de telecomunicaciones a nivel internacional.
La transformación digital es igualmente importante para las organizaciones del sector público, centradas en mejorar la experiencia de los ciudadanos en los servicios gubernamentales a través de las tecnologías digitales. De forma similar, los negocios digitales nacidos en la nube, que dependen de la calidad y velocidad de su innovación, no pueden permitirse quedarse parados y necesitan involucrarse en la transformación continua.
A continuación, describo tres etapas interdependientes de la transformación digital: tecnológica, operativa y estratégica.
Idealmente, el primer paso en el viaje hacia la transformación digital es retirar la deuda técnica existente. Esto incluiría migrar las cargas de trabajo a la nube y modernizar las tecnologías antiguas. A pesar de centrarse en la tecnología, este paso también requerirá algunos cambios en las funcionalidades de TI y modelo operativo. Los resultados sobre el negocio se traducirán en un menor coste de la propiedad, mayor productividad del personal de TI, mejor resiliencia operativa y mayor agilidad técnica. La experiencia demuestra que migrar de sistemas on-premises a AWS en la nube lleva a un ahorro medio del 31 % en costes de infraestructura, una gestión de la infraestructura de TI un 62 % más eficiente y el triple de funcionalidades entregadas al año, una reducción del 69 % en tiempos de inactividad no planificados y un 43 % menos de incidentes al año. Una vez saldada la deuda técnica, la atención ahora se volcará en optimizar tus operaciones de negocio.
Trasformación operativa
Una vez saldada la deuda técnica, deberemos optimizar el modelo operativo de la empresa y convertirla en una organización impulsada por los datos. Esto incluirá aprovechar nuevas plataformas de análisis y datos para crear información procesable y mejorar la experiencia del cliente, o usar el aprendizaje automático para automatizar los procesos de negocio. Por ejemplo, centrarse en mejorar la experiencia de servicio al cliente, la productividad de los empleados y la toma de decisiones, las previsiones de negocio, la detección y prevención de fraudes, las operaciones industriales y similares. Aunque este paso será probablemente bastante más complejo que una transformación tecnológica, ya que conlleva cambios en toda la empresa, las mejoras resultantes en eficiencia operativa, eficacia y agilidad llevarán a importantes resultados comerciales. Si bien la transformación operativa puede ayudar a aumentar la productividad, dada la continua evolución del entorno empresarial, es posible que también haya que reconsiderar el modelo de negocio general.
Transformación estratégica
Una vez saldada la deuda tecnológica, optimizadas las operaciones e impulsada la organización por los datos, probablemente haya que reinventar el modelo de negocio. La reinvención del modelo de negocio es un ejercicio estratégico que replantea el modo de crear valor para el cliente y capturar los beneficios resultantes. Esto puede incluir aprovechar las tecnologías digitales para entrar en nuevos mercados o sectores y puede ser especialmente relevante si el modelo de negocio actual se ha convertido en insostenible. Por el contrario, la transformación estratégica podría no ser una prioridad si el modelo de negocio actual no se encuentra amenazado. Cualquier cambio al modelo de negocio podría requerir nuevas o mejoradas funcionalidades empresariales, lo cual a su vez conduciría a la necesidad de una nueva transformación tecnológica y operativa.
Transformación digital continua: una necesidad estratégica
Dado que la innovación tecnológica no da signos de ralentizarse, podemos esperar que, con el tiempo, la necesidad de una transformación digital continua sea cada vez más ineludible. El objetivo primordial es llegar a ser ágil estratégica y operativamente de modo que la transformación continua se convierta en parte del modus operandi.
Saša Baškarada
Arquitecto de transformación, AWS Professional Services