Pedro Mier, presidente de AMETIC, se muestra conciliador con digitalES, la nueva asociación creada por las empresas que decidieron abandonar la patronal tecnológica. En su opinión, la nueva situación de la asociación les trae nuevas oportunidades que beneficiarán a la industria digital española, en un momento de “gran oportunidad para la misma”, tal y como él lo define.
Crítico con la labor del Gobierno en materia de I+D+i, considera que habría que lanzar proyectos muy innovadores de alcance nacional, que comprometan a los grandes agentes tanto españoles como internacionales y al tejido empresarial español.
Lleva unos meses en el cargo como presidente, junto a una nueva directora general. Usted defiende el diálogo con las empresas que abandonaron AMETIC. ¿Cuál va a ser la política que llevarán a cabo para establecer un marco de colaboración con la nueva organización creada?
Nuestra política siempre ha sido de puertas y manos abiertas. No hay que olvidar que quien ha abandonado la organización han sido ellos. Tendrían que ser ellos los que tomaran la iniciativa, cosa que no han hecho, de momento. Pero nosotros estamos siempre abiertos.
¿Podríamos hablar de “una nueva” AMETIC?
Sí, o como mínimo de una nueva etapa de AMETIC, porque la nueva situación abre nuevas posibilidades en la defensa de la industria digital española, al estar los operadores en una sociedad distinta. Algo que considero que es sano porque ayuda a identificar los intereses y defenderlos con claridad.
En nuestro caso, los rasgos que nos caracterizarían serían la defensa del desarrollo y crecimiento de la industria digital española, a través de la colaboración entre los grandes players digitales globales y las industrias españolas. Si lo tuviéramos que resumir, podríamos decir que los drivers serían la innovación global y la industrialización.
¿Cómo calificaría el momento actual de la industria digital española?
De enorme oportunidad, con grandes retos hacia las oportunidades, si se juegan bien las cartas, y hacia los riegos si no se juegan. Tenemos magníficos profesionales para hacerlo bien, pero necesitamos que el entorno favorezca que eso ocurra. Cuando hablamos del entorno nos referimos al financiero, regulatorio, al apoyo de la Administración… Si lo hacemos bien, la industria española tiene ante sí una oportunidad brillante.
De todo lo negativo siempre se saca algo positivo y en este caso es…
Que los intereses legítimos se tienen que defender con claridad y contundencia.
La antigua AMETIC era tan amplia en su extensión que era difícil encontrar un máximo común denominador, por lo que los intereses de unos y otros muchas veces se encontraban diluidos, porque no tienen por qué responder al 100 %. La nueva situación permite a los dos defenderlos con contundencia. Me parece mucho más sano que los intereses estén claros, y que trabajemos para buscar puntos de conexión.
Ambas van a pugnar por promover el desarrollo digital. ¿Cuáles son sus puntos fuertes frente a la competencia?
Muchos pero uno de los más importantes es que representamos mejor a las mejores empresas españolas. Tenemos a las compañías industriales que actúan en los mercados globales y toman sus decisiones en España. Este perfil está en AMETIC, junto a los grandes jugadores digitales globales: Google, Facebook, Microsoft… Esta combinación es muy potente y con la misma pueden salir beneficiados los grandes actores globales, ya que pueden tener grandes proyectos de transformación en España. Y a la industria española porque, aprovechando estas circunstancias y la colaboración de ambas, se puede entrar en las cadenas globales de innovación y fortalecer su crecimiento a nivel internacional.
Usted es miembro del comité científico asesor del Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Cataluña. ¿Cómo está afectando a la patronal la “deriva nacionalista” en Cataluña? ¿En qué medida las empresas están abandonando esta comunidad?
La información que tengo no es que esté habiendo un saldo neto negativo. Según un estudio reciente del BBVA, más del 34 % de las inversiones a nivel de start-ups en España se están haciendo en Barcelona. La realidad empresarial se mueve al margen de la política, aunque la misma influye, y no siempre para bien, pero desde el punto de vista empresarial las cosas en Cataluña van muy bien.
La creación de una vicepresidencia para fomentar la innovación, de momento, ha traído una crítica hacia los presupuestos generales del Estado, al no considerar suficiente el presupuesto destinado a esta materia. En su opinión, ¿cuál es la razón para que la apuesta no sea mayor en este sentido?
La apuesta por la innovación es probablemente la gran apuesta pendiente de la economía española y de la política. Es un tema del que todo el mundo habla pero al final no se actúa. Si uno hace grandes discursos pero en la realidad se produce un trasvase importante hacia créditos y se está demostrando que no es la herramienta más solicitada de las empresas, esto indica que aunque los discursos digan que es algo prioritario, la realidad es que hay otras prioridades…
Aquí hay una asignatura pendiente importante que la sociedad debería reclamar a todos los partidos políticos. Se debería hacer algún tipo de estado plurianual, que fuera más allá de una legislatura e implicara a todos los partidos políticos.
¿Cuáles son las acciones que el Gobierno debería llevar a cabo en materia de I+D+i, teniendo en cuenta que este es el motor para que España deje de ser una economía basada en el ladrillo y el turismo?
Soy un total convencido de que las políticas más potentes para avanzar en el I+D+i son las de demanda. Afortunadamente, tenemos una gran capacidad. Contamos con buenos centros universitarios, centros tecnológicos, científicos y profesionales, junto a empresas. Esa sería la oferta.
Necesitamos tener demanda cualificada y es muy importante que las compañías tengan acceso a demanda de primera calidad, muy innovadora porque tener referencias internacionales antes que tus competidores es la mejor arma de competitividad. Y eso lo intentan hacer todos los países.
¿Qué habría que hacer para llevar esto a cabo? Entre otras cosas, lanzar proyectos muy innovadores de alcance nacional, que comprometan a los grandes agentes tanto españoles como internacionales y al tejido empresarial español. Se puede lanzar. Hay que tener valentía para hacerlo porque el país que lo hace, tiene amplias ventajas.
Otra gran arma, insuficientemente utilizada, es la compra pública transformadora, junto con la opinión en los medios, en la sociedad, que alentase para que eso se favoreciera.
Otra de sus apuestas es el talento, apuesta que viene de la mano de una vicepresidencia que tiene como misión el desarrollo del mismo. En este sentido, acaban de presentar, junto a CC.OO. y UGT el “Manifiesto del Talento Digital”, con el fin de impulsar el desarrollo del talento tecnológico. ¿Cuáles son las principales iniciativas que promueven?
Promovemos acción a todos los niveles. Hay que actuar a nivel de la escuela para movilizar vocaciones en ciencia y tecnología. Y en particular entre las niñas, porque es más marcado este problema entre ellas.
Hay que actuar a nivel de la formación profesional para que esta sea la que las empresas necesitan.
Por otro lado, hay que escuchar a las compañías y poner en marcha proyectos que permitan favorecer la formación profesional en colaboración.
Y hay que actuar a nivel de universidad. Aquí tenemos un problema de adaptación de los programas a las necesidades de las empresas actuales y futuras. Tienen que moverse más de los conocimientos a las competencias.
Por otro lado, tenemos que poner el foco en el reciclaje permanente en los profesionales. Todo ello con un seguimiento continuo, algo que hemos planificado hacer combinadamente con los agentes sociales.
La agenda digital, creada en 2013, también fijó como uno de sus objetivos la formación de los profesionales TIC. ¿Qué balance pueden hacer de la labor realizada hasta este momento por la misma? ¿Qué pedirían que se realizase con urgencia?
Es pobre. Es un gran contrasentido que teniendo el problema del paro que tenemos, haya un gran número de puestos sin cubrir. Además, no se está utilizando el dinero que Europa no da, por lo que hemos pedido una reunión al secretario de estado para ver de qué manera se vuelve a actuar para que eso sea posible.
¿Qué nota pondrían a la transformación digital de las empresas españolas?
Notable, pero creo que hay que aspirar a más porque hay capacidad para alcanzar el sobresaliente.
AMETIC está en la vicepresidencia de la UE. ¿Cómo están defendiendo los intereses españoles?
Hay dos tipos de asociados: las grandes compañías globales y las asociaciones nacionales.
Nosotros, como asociación nacional, intervenimos en todas las decisiones que afectan al sector, siempre con la óptica de las empresas españolas como guía, por lo que somos los representantes de la industria española dentro de las posiciones en Digital Europe.
Inma Elizalde