El mercado mundial de ordenadores personales ha vuelto a crecer en el segundo trimestre de 2025, una señal esperanzadora para un sector que sigue buscando estabilidad tras el vaivén pandémico y los cambios en los hábitos de consumo. No obstante, más allá de las cifras positivas, el contexto geopolítico, con especial atención a las políticas arancelarias de Estados Unidos, está marcando de forma decisiva el rumbo del sector.
Según los últimos datos de Canalys, los envíos globales de PC (incluyendo portátiles, sobremesas y estaciones de trabajo) aumentaron un 7,4 % interanual, hasta alcanzar los 67,6 millones de unidades. IDC, por su parte, calcula un crecimiento del 6,5 % hasta los 68,4 millones de unidades, mientras que Gartner ofrece una cifra más conservadora, con un aumento del 4,4 % respecto al segundo trimestre de 2024. Todas las consultoras coinciden en que la demanda empresarial, impulsada por la inminente finalización del soporte para Windows 10 en octubre, ha sido el principal motor del crecimiento. En cambio, el consumo doméstico ha mostrado signos de debilidad, afectado por la incertidumbre económica y la cautela de los compradores.
Empresas que renuevan, consumidores que esperan
Buena parte del impulso actual proviene, por tanto, del segmento profesional. Las migraciones a Windows 11 y la renovación de equipos comprados durante la pandemia están actuando como catalizadores. Canalys señala que más de la mitad de los partners de canal encuestados en junio esperan que su negocio de PC crezca en la segunda mitad del año, y un 29 % prevé un incremento superior al 10 %. Sin embargo, este dinamismo no se traslada al mercado de consumo, donde muchas compras se están retrasando. Gartner anticipa que será en 2026 cuando se recupere esta demanda, coincidiendo con el final de la vida útil de numerosos dispositivos adquiridos en 2020 y 2021.
Las políticas comerciales de la Administración Trump están introduciendo una gran incertidumbre en las decisiones de fabricación y distribución
En cuanto al comportamiento de los principales fabricantes, Lenovo se mantiene como líder mundial con un crecimiento del 15,2 % interanual según Canalys (13,9 % según Gartner e IDC). HP le sigue en segunda posición con un crecimiento del 3,2 %, dato coincidente en las tres consultoras. Apple protagoniza una de las mayores subidas, con un aumento del 21,3 % según Canalys y del 13,4 % según Gartner. Asus también destaca, con un 18,4 % de crecimiento en los datos de Canalys y un 8,7 % en los de Gartner. En contraste, Dell es la única de las grandes marcas que registra una caída: sus envíos se redujeron un 3 % tanto en Canalys como en Gartner.
Por regiones, Gartner señala una caída del 0,5 % en los envíos en América del Norte durante el segundo trimestre, mientras que la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África) creció un 5,3 %. Asia-Pacífico se mantuvo estable, lo que representa una leve mejora respecto a los trimestres anteriores. Esta evolución desigual refleja la influencia de factores locales, desde decisiones presupuestarias hasta disponibilidad de stock, pasando por variaciones en la presión arancelaria.
Aranceles impredecibles, cadenas de suministro inestables
El otro gran factor que está condicionando la evolución del sector es la geopolítica. Las políticas comerciales de la Administración Trump están introduciendo una gran incertidumbre en las decisiones de fabricación y distribución. Aunque los ordenadores personales quedaron exentos de aranceles durante el segundo trimestre, el riesgo de nuevas medidas sigue muy presente. Según Canalys, los fabricantes han trasladado de forma masiva la producción desde China hacia Vietnam, buscando esquivar posibles gravámenes. Sin embargo, el reciente acuerdo comercial entre Estados Unidos y Vietnam ha complicado aún más el panorama.
Este nuevo marco impone un arancel del 20 % sobre productos vietnamitas y del 40 % sobre aquellos considerados como reexportaciones, es decir, fabricados con componentes chinos o mediante operaciones controladas por empresas chinas. Tal y como advierte Ben Yeh, analista principal de Canalys, la falta de claridad sobre los criterios de aplicación de estos aranceles ha creado un auténtico laberinto normativo. Las marcas ya no pueden confiar en que diversificar su cadena de suministro les proporcionará una ventaja competitiva o estabilidad en los costes.
A pesar del repunte global, los analistas advierten de que parte del crecimiento registrado en esta primera mitad del año podría responder a compras adelantadas motivadas por el temor a nuevas tasas. Esto podría traducirse en una ralentización del mercado en la segunda mitad de 2025, con fabricantes ajustando sus inventarios y canalizando el exceso de stock. Según IDC, existe la posibilidad de que los proveedores recurran a promociones agresivas para reducir inventario, incluso en un contexto de aumento de costes, algo que resulta paradójico pero cada vez más plausible.
En este escenario, el futuro del mercado dependerá tanto de la evolución tecnológica como de la estabilidad política. Las migraciones a Windows 11 seguirán marcando el ritmo del entorno empresarial, y la llegada de nuevos dispositivos con capacidades de inteligencia artificial podría reactivar el interés del consumidor. Pero el verdadero punto de inflexión puede llegar con la entrada en vigor de nuevos aranceles en agosto. Si se aplican con la severidad anunciada, las consecuencias para los precios, los márgenes y la demanda podrían ser significativas.