Es un hecho que los nuevos modelos tecnológicos (cloud, movilidad, mundo de las “app”) han generado una complejidad añadida a la labor del CIO, que de algún modo ve que su gestión de TI ha de ir más allá del “perimetro” corporativo al que hasta ahora se ceñía su tarea.
Un ejemplo claro de esto es la facilidad que proporciona la nube a la hora de usar aplicaciones. En muchos casos ya no es necesario instalar la aplicación en los servidores de la empresa, a veces son incluso gratuitas o con un coste muy reducido. Esta facilidad hace que cualquier departamento de la empresa tenga la tentación de utilizar este tipo de aplicaciones sin ponerlo en conocimiento de sistemas. Es el fenómeno denominado “shadow IT”, es decir, la práctica de usar aplicaciones dentro de la organización que se apartan de los estándares o el control marcados por el departamento de TI. Algo parecido ocurre con el uso de dispositivos móviles y BYOD, y el consiguiente uso de aplicaciones que vulneran los criterios de gestión o seguridad de la organización.
Hoy más que nunca, por tanto, es imprescindible que el responsable de TI conozca a fondo qué aplicaciones, dispositivos y recursos se están utilizando en la empresa. Este conocimiento pasa por obtener y manejar una enorme cantidad de información sobre uso de aplicaciones, compleja y dispersa. La buena noticia es que hoy día la práctica totalidad de las aplicaciones funcionan en red, que se convierte en un poderoso aliado si se sabe utilizar.
Efectivamente, en la red reside una gran cantidad de conocimiento e inteligencia de negocio, solo hay que disponer de las herramientas necesarias para poder explotarla. La red nos puede decir quién utiliza cada aplicación, cuándo lo hace, con qué frecuencia y donde se utiliza cada aplicación, incluso detectar aplicaciones de las que el departamento de TI no tenía conocimiento previo. La utilidad de este conocimiento a nivel de negocio es incuestionable, desde detectar prácticas inadecuadas hasta hacer reingeniería de negocio y cambiar la forma de hacer las cosas dentro la empresa, para mejorar la eficiencia o simplemente vender más. Hay montones de ejemplos de ello.
Lo interesante de todo esto no es sólo que se facilita la labor de gestión TIC del CIO y de todo el departamento en entornos cada vez más complejos, sino también que el hecho de disponer de este conocimiento eleva el estatus del CIO dentro de la organización, que va a ser invitado con mucha más frecuencia a participar en la toma de decisiones de negocio.
Javier Jimenez, director general Extreme Networks