Se conoce que no teníamos suficientes problemas con el big data, el cloud y el byod que ahora empieza a coger carrerilla el término Internet of Things (IoT), también conocido como el Internet de las cosas. Ahora bien, resulta que las últimas predicciones de Gartner prevén que para 2020 (que ya está aquí al lado) esta tecnología crecerá alcanzando los 26 mil millones de objetos, eso sí, sin contar con teléfonos inteligentes, tabletas y PCs. Esto quiere decir que tendremos 26 mil millones de cosas que ahora mismo son «tontas» y que en cinco años se convertirán en aparatos inteligentes.
¿Qué cosas son «tontas»? ¿Cómo se van a convertir en inteligentes? ¿De verdad hay tantas cosas «tontas» como para que lleguen a 26 mil millones? Pues vayamos por partes. A la primera pregunta hay que responder que esas cosas «tontas» son tostadoras, neveras, lavadoras, cepillos de dientes … y desde luego con unos cuantos sensores, probablemente, la lavadora nos envíe un mensaje al móvil para recordarnos que ha terminado, eso sí, no creamos que la ropa vaya a ir sola a tenderse. En cuanto a la última pregunta, no sabemos si todas las cosas que hay en una casa _ multiplicadas por millones de viviendas en el planeta _ pueden llegar a alcanzar esa cifra, pero lo que es seguro es que surgirán cosas nuevas como ropa con sensores integrados _ algo que en el mundo de la alta montaña ya no es tan raro _ o chapas con GPS para rastrear a nuestra mascota. Lo que sí es seguro es que, en un futuro no muy lejano, tener un infarto en privado va a ser difícil, vamos a estar controlados hasta por nuestra propia tostadora y los CIOs van a tener que prepararse para lo que pueda surgir en la empresa, porque, probablemente, la máquina del café también se vuelva inteligente.