En la era digital, los datos se han convertido en uno de los activos más valiosos de cualquier sector, y el ámbito público no es la excepción. ¿Qué consecuencias podría tener una gestión inadecuada de la información de la Administración Pública? Los riesgos van más allá de la simple fuga de datos; afectan a la seguridad, la transparencia e incluso a la confianza del ciudadano. Ante este panorama, la necesidad de gestionar y compartir contenido de manera eficiente, segura y confiable ha llevado al desarrollo de espacios de datos, un concepto basado en la soberanía y gobernanza de la información, que permiten que diversas entidades colaboren bajo un marco normativo y tecnológico común, asegurando el control y la calidad de los recursos compartidos.

Uno de los principales retos que enfrentan estos espacios de datos es garantizar la interoperabilidad entre múltiples actores, haciendo posible el acceso a contenido estratégico sin comprometer su seguridad y siendo eficiente en costes. En el sector público, esta problemática se intensifica debido a la gran cantidad de organismos involucrados y a la sensibilidad de los activos digitales que manejan. Para que estos espacios sean realmente eficaces, es fundamental que cuenten con una gestión estructurada y mecanismos que aseguren el dominio sobre los datos.
De hecho, según Gartner, se estima que para 2027, el 60% de las empresas no podrá maximizar el valor de sus iniciativas de IA e información estratégica debido a una gestión ineficaz. Esta cifra subraya la necesidad de una administración flexible y dinámica dentro de los espacios de datos, priorizando la calidad del dato para certificar que se ajusta a los criterios de protección establecidos y facilitar su aprovechamiento estratégico en el ecosistema digital.
Es por ello por lo que la evolución hacia un modelo de gobernanza flexible en los espacios de infraestructuras digitales resulta imprescindible para que los organismos públicos mantengan el control sobre su información sin frenar la innovación. La independencia de las soluciones tecnológicas y la estandarización de los datos facilitan la colaboración entre entidades, garantizando que el flujo de conocimiento se realice bajo criterios de privacidad, transparencia y protección. Asimismo, la homologación y certificación de servicios dentro de estos espacios propicia el establecimiento de un entorno colaborativo de confianza en el que la calidad y trazabilidad de los contenidos sean prioritarios.
Consolidar este enfoque requiere contar con apoyo institucional y recursos adecuados. En este sentido, el Gobierno de España a través de la Dirección General del Dato del Ministerio de Transformación Digital, ha lanzado el ‘Plan de Impulso de Espacios de Datos’, que destina 500 millones de euros para acelerar el despliegue de estos espacios en la industria española. Esta iniciativa no solo busca fortalecer la economía del dato, sino también promover la cooperación entre entidades públicas y privadas, alineándose con la estrategia europea y ofreciendo el soporte necesario para asegurar la interoperabilidad y la seguridad de los registros digitales en todo el ecosistema.
Los espacios de datos son la base tecnológica necesaria para la implementación de casos de uso que fomenten la aceleración de la investigación en diferentes campos a través del uso de diferentes elementos basados en datos compartidos e inteligencia artificial.
En conclusión, los espacios de datos, impulsados por una supervisión efectiva y una sólida soberanía de la información, son clave para la transformación digital en el sector público. La interoperabilidad entre actores y la adaptabilidad de los modelos de gestión permiten optimizar procesos, reducir costes y mejorar la toma de decisiones. Iniciativas como el ‘Plan de Impulso de Espacios de Datos’ vienen a destacar la importancia de esta perspectiva, al fomentar una colaboración más eficiente entre entidades públicas y privadas. Así, el desarrollo de un ecosistema de datos bien estructurado contribuirá significativamente al progreso y la mejora de los servicios públicos.