El sector de las TIC se posiciona como el motor de la transformación digital global. Impulsado por la aceleración de procesos como la automatización industrial y la inteligencia artificial, se proyecta un crecimiento exponencial en los próximos años. Según el último informe de Crédito y Caución, se espera que la producción mundial del sector TIC aumente un 8,2 % en 2024, superando el 5 % en 2025 y 2026. La creciente demanda de semiconductores avanzados, necesarios para alimentar tecnologías como la IA y los vehículos eléctricos, será un factor clave en este crecimiento.
Los semiconductores serán los grandes protagonistas del crecimiento del sector TIC. Se prevé que su producción supere el 10 % anual en los próximos años, impulsada por la creciente demanda de chips de alta potencia para aplicaciones de inteligencia artificial. A su vez, la producción de componentes y placas electrónicas también experimentará un crecimiento significativo, alcanzando tasas del 4,4 % en 2025 y del 7,7 % en 2026.
Crédito y Caución destaca que la carrera por dominar la producción de semiconductores se ha intensificado. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea y Asia han implementado políticas industriales para fortalecer sus sectores nacionales. Impulsados por la creciente demanda de la industria tecnológica, especialmente en áreas como la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos, estos componentes se han convertido en un activo estratégico. La aceleración de la digitalización y la automatización industrial están consolidando a las TIC como uno de los sectores con mayor dinamismo a nivel mundial.
Si bien el sector de los semiconductores muestra un sólido desempeño, se enfrenta a riesgos significativos derivados de la geopolítica. Las tensiones entre Estados Unidos y China, y las restricciones impuestas a la exportación de tecnología, generan incertidumbre en las cadenas de suministro globales. El creciente nacionalismo tecnológico y la posibilidad de conflictos en regiones clave como Taiwán podrían exacerbar estos riesgos, generando disrupciones en la producción y encareciendo los costes.
La Unión Europea ha puesto en marcha la Ley de Chips, una ambiciosa iniciativa para impulsar la producción local de semiconductores y reducir su dependencia de Asia. Con una inversión prevista de 43.000 millones de euros, el objetivo es alcanzar una cuota del 20 % del mercado mundial en 2030. Sin embargo, las perspectivas actuales apuntan a que este objetivo podría ser difícil de alcanzar debido a la competencia de Asia, que cuenta con economías de escala y una cadena de suministro más consolidada. Las subvenciones europeas, aunque importantes, podrían no ser suficientes para compensar estas desventajas.