“El rendimiento no es una invención. Tiene un gran impacto en entornos cada vez más complicados y diferentes”. Con estas palabras, Ángel Pineda, CEO de Orizon, comenzaba el segundo encuentro anual sobre rendimiento tecnológico de la compañía, que se ha celebrado en la Isla de Tabarca (Alicante), y que ha reunido a representantes de cuatro entidades bancarias: Banco Sabadell, BBVA, Abanca y Banco Mediolanum.
Durante el encuentro, José Manuel Desco, director general de Orizon, ha hecho balance de cómo transcurrió 2023 para la firma española. Un año que fue definido por el directivo como “positivo” desde el punto de vista comercial, en el que se realizó una inversión de 900.000 euros. En cuanto al primer trimestre de 2024, el volumen de ventas se situó en los tres millones de euros, un 87 % más que en el mismo periodo de 2023 cuando se alcanzaron los 1,6 millones de euros. El buen momento que está viviendo la compañía ha hecho que “hayamos despertado el interés de otras firmas en nuestro negocio”, interés que, por el momento, no se va a materializar en una posible fusión, adquisición o entrada de terceros. “Queremos continuar siendo independientes”.
La nueva BOA
De cara a este año, Desco ha confirmado que su estrategia pasa por la implementación de la segunda versión de BOA, su tecnología para la mejora continua del rendimiento tecnológico de las grandes organizaciones, desde los mainframes hasta los entornos cloud e híbridos. “Esperamos que al final de este año el 100 % de la operativa corra por esta segunda versión”, ha asegurado Ángel Pineda, quien ha destacado que esto supone “un cambio muy importante. Vamos a pasar de producir servicios en un entorno tradicional a crear algoritmos”. Orizon ha invertido 3,5 millones de euros «en los últimos tres años» en esta evolución.
La segunda versión de BOA, que “ya está funcionando en dos proyectos piloto”, cuenta con una arquitectura nativa en cloud que posibilita su disponibilidad en los principales hiperescalares (AWS, Google Cloud y Microsoft Azure) lo que acelerará su comercialización y, al mismo tiempo, ofrece un mayor nivel de inteligencia y automatización.
La “nueva” BOA tiene tres componentes principales. El primero es un modelo de captura de datos inspirados en el concepto data lake, que permite, sin instalar ningún agente, extraer, almacenar y procesar grandes volúmenes de datos de la operación dinámica de las aplicaciones y las infraestructuras de las grandes empresas; el segundo es el conjunto de algoritmos que ordena, analiza y correlaciona la información para detectar y resolver problemas; y el tercero es su capacidad de aprendizaje y predicción. Orizon va a invertir este año 500.000 euros en su implementación.
Las mejoras de esta nueva versión son muy importantes a la hora de reducir los plazos de análisis. “Con la nueva herramienta el tiempo se reduce a tres o cuatro días. Su capacidad de procesamiento es extraordinaria”.
La opinión del sector financiero
Orizon ofrece servicios a compañías con inversiones anuales en tecnología a partir de los 300 millones de euros y trabaja para prácticamente todo el entorno financiero de España, sin olvidar otros sectores como el de utilities o telecomunicaciones. “De media, Orizon ha reducido hasta en un 40 % los costes totales de las infraestructuras y hasta un 25 % los tiempos de respuesta de los sistemas”, ha destacado la firma.
Durante el encuentro, las cuatro entidades bancarias presentes coincidieron al afirmar que la mejora continua del rendimiento es un aspecto crítico para un sector, el bancario, sometido a grandes presiones, tanto desde el punto de vista regulatorio como del propio mercado.
En este sentido, Joan Barrionuevo, director del área de tecnología del Banco Sabadell, ha asegurado que su entidad “está optimizando por encima del crecimiento”, una acción que “va a continuar este año”. El directivo ha destacado el papel que juega Orizon a la hora de “contener, e incluso reducir, el consumo y el tiempo de respuesta de procesos y transacciones mainframe”. Ernesto Taubman, director de proyectos especiales en BBVA, ha recordado que “el rendimiento y la optimización es un tema crítico y fundamental”, que no sólo afecta a los costes, sino que va más allá. “Con Orizon atacamos toda la parte de aplicativo. Hemos conseguido beneficios reales gracias a sus recomendaciones”.
Rebeca Cores, directora de infraestructura de operaciones, y José Antonio Fernández, director de transformación IT de Abanca, han explicado la problemática a la que se enfrenta una entidad bancaria que, en los últimos años, ha incrementado “considerablemente el volumen transaccional y la carga de trabajo de los sistemas, tanto en entorno mainframe, distribuido y en cloud privada”. La entidad, que lleva pocos meses trabajando con Orizon, considera que “la optimización de todas las capas de la arquitectura, especialmente el mainframe, es un camino de mejora continua que prepara la infraestructura, las aplicaciones y los datos para el futuro, garantizando la escalabilidad y la resiliencia necesarias para afrontar los retos que vemos en el horizonte”.
Las necesidades de Banco Mediolanum son diferentes a las de las tres anteriores entidades. “Somos una compañía mucho más pequeña, que no está posicionada en el mainframe”, ha reconocido Miquel Gea Baró, responsable de arquitectura y calidad de Banco Mediolanum. No obstante, ha recordado que “desde la llegada de la banca móvil, los problemas de rendimiento son los mismos”. Es por este motivo por el que, en 2021, “decidimos implantar la Oficina Técnica de Rendimiento (OTR) que nos permite saber en todo momento cómo estamos y cómo podemos mejorar”.
En definitiva, una jornada en la que se dejó claro que el rendimiento se ha vuelto crucial para la banca, sector que consigue, como principales beneficios, ahorros de costes y versatilidad operacional.