Intel está considerando un cambio importante en su negocio de fabricación por contrato (foundry) para atraer grandes clientes, según fuentes cercanas citadas por Reuters. Esta nueva estrategia, impulsada por el CEO Lip-Bu Tan, podría implicar dejar de ofrecer ciertas tecnologías de fabricación de chips desarrolladas durante años, lo que supondría un giro respecto a los planes de su antecesor.
Desde que Tan asumió el cargo en marzo, ha tomado medidas para reducir costes y buscar nuevas vías para revitalizar la compañía, que atraviesa dificultades. En junio, empezó a señalar que el proceso de fabricación 18A, en el que el anterior CEO Pat Gelsinger había apostado, estaba perdiendo interés entre nuevos clientes. Renunciar a la venta externa de los procesos 18A y 18A-P, que han requerido miles de millones de dólares en inversión, podría suponer una pérdida contable significativa para Intel, estimada en cientos de millones o incluso miles de millones de dólares, según los analistas consultados por Reuters.
Intel no ha hecho comentarios oficiales sobre estos cambios, aunque confirmó que el principal usuario del proceso 18A es la propia empresa. Además, planea aumentar la producción de sus chips para portátiles Panther Lake en 2025, catalogados como los procesadores más avanzados diseñados y fabricados en Estados Unidos.
Atraer clientes externos para usar sus fábricas sigue siendo vital. Mientras el proceso 18A ha sufrido retrasos, su competidor TSMC avanza con su tecnología N2. En respuesta, Tan ha enfocado recursos en el proceso 14A, una tecnología de próxima generación con la que Intel espera competir mejor y captar clientes importantes como Apple o Nvidia.
Tan ha solicitado preparar opciones para discutir con el consejo de administración, que podría decidir en otoño si se deja de ofrecer 18A a nuevos clientes. Mientras tanto, Intel seguirá produciendo chips con 18A para sus propios diseños y para cumplir compromisos con clientes como Amazon y Microsoft.
El proceso 18A incluye innovaciones en el suministro de energía y nuevos transistores que buscaban superar a TSMC, aunque algunos analistas lo consideran similar a la tecnología N3 de TSMC, ya en producción masiva. La posible reorientación hacia 14A reflejaría la apuesta de Intel para recuperar competitividad, basándose en la experiencia y relaciones del CEO Tan en la industria.