En la situación actual, marcada por un gran impacto en el principal sector que generaba más ingresos en España, el turismo, es más que necesario potenciar otras industrias con medidas innovadoras que faciliten el despliegue de nuevas actividades y que puedan dar lugar a riqueza y empleo, sobre todo en otras zonas geográficas más allá del centralismo habitual.
Las nuevas tecnologías son los catalizadores más adecuados para ello, eso sí, apoyadas sobre pilares fundamentales, como son los marcos normativos y regulatorios flexibles e innovadores, las contribuciones al desarrollo (desde una perspectiva de investigación y financiera) y un sistema educativo de calidad basado en la capacitación para el empleo.
Conviene resaltar que el potenciar nuevas industrias no se debe encuadrar únicamente en la transformación digital de las empresas existentes, sino también en la atracción de nuevas industrias automatizadas que identifiquen como facilidades la disponibilidad barata de suelo industrial, la existencia de excelentes vías de comunicación y la disponibilidad de infraestructuras de telecomunicaciones flexibles e independientes, y todo ello con pocas trabas burocráticas.
Con el creciente uso de robots, cámaras, dispositivos y sensores de IIoT, la industria necesita una conectividad inalámbrica robusta, de baja latencia y segura. La conectividad fiable, la gestión segura de los datos y la automatización generalizada de los procesos está desempeñando un papel fundamental en la evolución de industria 4.0. Es evidente que uno de los catalizadores por excelencia puede ser el disponer de una fábrica de conectividad unificada, abierta e inteligente, que sea lo suficientemente flexible, elástica y ágil para proporcionar los servicios requeridos. En definitiva, una red 5G, y si además lo que se persigue es estimular la industria, uno de los objetivos principales debe ser potenciar las Redes Privadas en 5G.
Liberalizando las redes privadas 5G
En ese ámbito, el aspecto más difícil de gestionar es el modelo de cooperación entre los operadores móviles y las industrias verticales, a fin de aprovechar los beneficios de la optimización del uso de la infraestructura de redes y el espectro . Por regla general, para muchos de los verticales estos modelos suelen ser rígidos, constreñidos y muy limitados. Con redes privadas independientes los distintos sectores verticales de la industria pueden tener más control para customizar las redes de acuerdo con sus necesidades , los costes de despliegue en áreas localizadas serán menores y también mucho más rápidos.
Ya en el dominio de la infraestructura, la innovación está consiguiendo “democratizar” la conectividad celular, mediante software de código abierto y un Edge Computing sobre cloud nativa estrechamente integrada en el hardware COTS. Ello puede dar lugar a nuevos escenarios de “independencia” de operadores móviles, donde la industria vertical pueda establecer una infraestructura propia y flexible sin tener que depender de SLA’s limitados y de alto coste. En ese dominio ya existen implementaciones muy interesantes como, por ejemplo, la plataforma Aether de la ONF (Open Networking Fundation).
Igualmente, otro paso importante se está dando en la parte acceso con OPEN RAN, que es una RAN (Radio Access Network) desagregada que se subdivide en varios sistemas independientes utilizando protocolos e interfaces abiertos e interoperables. Recientemente, Telefónica S.A., Orange S.A., Deutsche Telekom AG y Vodafone Group Plc han firmado un MOU para la implantación de redes OPEN RAN en Europa. Se trata de tener un entorno 5G más competitivo, diversificando los proveedores y disponer de una mayor flexibilidad para que la industria innove y se diferencie. También los responsables políticos pueden jugar un papel importante en el apoyo a un nuevo ecosistema proveedores de tecnología, de start-ups y de empresas de integración que serán muy relevantes, también en el desarrollo, despliegue y autonomía de redes privadas 5G. Dicho apoyo se podría sustentar sobre las decenas de miles de millones de euros del fondo de recuperación europeo para luchar contra las consecuencias económicas del Covid.
Sin embargo, la verdadera independencia no la otorga solamente una infraestructura propia, sino que es la disponibilidad del espectro lo que configura un modus operandi totalmente autónomo. Es en este punto donde el regulador debe innovar para potenciar nuevos escenarios. Por ello, todas las acciones e iniciativas relativas a la asignación de frecuencias son muy importantes. De hecho, se considera como un criterio muy relevante dentro del factor de infraestructura y tecnología en el Índice de Preparación 5G (Europe 5G Readiness Index) , en el que España ocupa el puesto 15 del ranking.
Opciones a la hora de regular el espectro
Existen diferentes opciones de regulación del espectro: Espectro con licencia de los operadores de redes móviles, espectro con licencia local, espectro sin licencia y espectro compartido. En la mayoría de los casos, los derechos de utilización del espectro se conceden íntegramente a los operadores de redes móviles, quienes mantienen los derechos de uso incluso cuando existen también acuerdos de arrendamiento. Pero existe una opción menos “oligárquica”, y es la de poner a disposición de los verticales un espectro dedicado. No hace falta irse fuera de Europa para encontrar ejemplos. Uno de ellos es el que se ha puesto en práctica en Alemania, donde se han liberado licencias locales para 5G en la gama de frecuencias de 3700-3800 MHz. Las frecuencias se asignan según la demanda, dando preferencia a la Industria 4.0 o a las aplicaciones agrícolas y forestales. Hasta la fecha se han presentado un total de 102 solicitudes de asignación de frecuencias para redes locales 5G, y la Agencia Federal de Redes ha emitido 97 asignaciones de frecuencias par dichas redes. Si bien existen algunos riesgos que hay que mitigar, como evitar el uso inefectivo del espectro o que se incremente la complejidad de coordinación con los operadores de redes móviles para evitar posibles interferencias perjudiciales, algunos organismos reguladores han considerado que los posibles beneficios son pertinentes para proporcionar licencias de espectro a las redes privadas locales.
Dentro de la agenda España Digital 2025 se plantea el facilitar el despliegue de 5G sin cortapisas, ya que se considera como una tarea fundamental para el desarrollo económico y la transformación digital del país. Se pretende actuar sobre cuatro ejes clave en el despliegue de 5G: corredores de transporte; soluciones empresariales y servicios sociales; núcleos de población y ecosistemas innovadores mediante un programa de ayudas a la I+D+i.
Una de las medidas es la asignación de las bandas de frecuencias prioritarias demandadas para 5G en 2021 que, dentro de la UE, el Grupo de Política del Espectro Radioeléctrico determinó como prioritarias las de 700 MHz, 3,6 GHz y 26 GHz. Las licitaciones de las bandas de 700 MHz y 26 GHz están aún pendientes y programadas para el primer y el segundo semestre del 2021, respectivamente.
La disponibilidad de la banda de 700 MHz es muy relevante para alguno de los operadores de redes móviles españoles, que están esperando que se ponga a disposición dicho espectro para lanzar la arquitectura Standalone (SA). Todos los casos de uso avanzado de 5G que revolucionarán los negocios y la vida cotidiana de los consumidores no serán posibles sin las tecnologías SA de 5G Core (5GC) y New Radio (NR). La posibilidad de añadir nuevas funciones de red e introducirlas de forma muy ágil, escalando la capacidad con gran rapidez y ejecutando actualizaciones de software en servicio, permitirá crear y desplegar nuevos servicios en cuestión de horas.
Igualmente, con el 5G Core, los operadores de servicios móviles podrán ofrecer acuerdos de nivel de servicio (SLA) de extremo a extremo a los clientes empresariales. También con el soporte de Edge Computing en el 5G Core, será posible interrumpir el tráfico en el edge y controlarlo dinámicamente.
El espectro como facilitador
No menos importante es la banda de frecuencias de 26 GHz que va a tener un rol muy relevante en las aplicaciones industriales. La Agencia Federal de Redes Alemana ya está, desde el uno de enero, con el proceso de solicitudes, y resulta interesante como dicha Agencia ha fijado las tasas para las frecuencias en la gama de 24,25 GHz a 27,5 GHz. La tarifa se calculará de acuerdo con la siguiente fórmula de:
Tarifa (en euros) = 1000 + B∙ t ∙ 0,63 ∙ (6a1 + a2)
- 1000 indica la cantidad base en euros,
- La B indica el ancho de banda en MHz (mín. 50 MHz),
- t es el término de la asignación en años (por ejemplo, 15 años),
- a es la superficie en km² con una diferenciación entre la zona de asentamiento y tráfico (a1) y otras zonas (a2).
La cantidad de 1.000 euros se seleccionó de tal manera que los modelos de negocio de las empresas de nueva creación o de las pymes también sean posibles. A modo de ejemplo, una industria que requiera un ancho de banda de 400 MHz, durante 10 años en un área a2 de 5 km² tendría una tarifa de 12.600 €
Cabe, pues, insistir en que es necesario atraer nuevas industrias y fijar contextos que permitan retener y ampliar las ya existentes, por ejemplo, habilitando escenarios y condiciones muy similares a los que existen en otros países, de manera que los ya existentes en ellos puedan ser exportables. La gestión y asignación del espectro no solo debe tener en cuenta los ingresos que se desean alcanzar de acuerdo con unos presupuestos del Estado, también puede ser una herramienta para promover la innovación y facilitar nuevos desarrollos industriales en nuestro país. El uso local del espectro no es un modelo de negocio en sí mismo, sino un facilitador de casos de negocio. Por consiguiente, los derechos, el procedimiento de solicitud y la asignación del espectro deben concebirse de forma que pueda planificarse de manera económica para todas las empresas.
Ricardo Silva
Director de Operaciones en Blue Telecom Consulting