Como resultado de la crisis generada por el COVID-19, la dependencia de la tecnología crece cada día: el número de teletrabajadores se dispara; la compra online satura los sistemas de los proveedores; el sector sanitario trabaja más allá de sus límites; y tenemos más de 10 millones de estudiantes esperando una solución para no perder el curso.
Para los CIO será esencial garantizar la resiliencia y, para lograr este objetivo, estos podrían ser los factores clave a considerar:
- Impacto en la cadena de suministro. La pandemia ha afectado a la cadena de suministro, y será clave que los centros de datos revisen su estrategia en este sentido. Muchas empresas están mirando hacia la nube, pero saben que esta no siempre ofrece los ahorros de costes que promete. Optar por un entorno híbrido parece la solución, pero si eso significa adquirir nuevo hardware, la pesadilla comienza de nuevo.
- Drástico aumento en el tráfico. Con la nueva situación, los picos de tráfico son ahora la norma. Sin ir más lejos, EducaMadrid publicaba recientemente en su cuenta de Twitter que pasaron de gestionar alrededor de 500,000 emails el jueves 5 de marzo a tener que manejar más de 2,200.000 el jueves 19 de marzo. ¿Podrán las infraestructuras actuales soportar el volumen de conexiones, datos intercambiados, ubicaciones físicas, etc. que va a ser necesario gestionar?
- Disponibilidad, aspecto clave. Los equipos de TI tendrán que proporcionar a los usuarios lo que necesitan, y rápido. Por ejemplo, en el sector educativo los sistemas tendrán que soportar no sólo la conexión y el intercambio de datos, sino también la grabación de sesiones. Gestionar estas y otras necesidades que irán surgiendo y, sobre todo, predecir las que se producirán a medio y largo plazo, es esencial ahora. La capacidad de recuperación de los datos pasa a ser un apartado crítico.
- Optimizar el espacio de trabajo digital (Digital Workspace). A medida que más y más personas trabajan y consumen servicios online, las exigencias para redes e infraestructuras crece cada día. Las VPN serán clave, pero no solo para teletrabajo; también, por ejemplo, para acceder remotamente a los sistemas de control de edificios de forma segura y fiable.
- Garantizar el fail-over. A medida que pasan los días, la demanda en la red y las infraestructuras de los centros de datos crece sin parar. Será clave garantizar que estas infraestructuras no fallen (es decir, su fiabilidad). Cabe preguntarse si los sistemas actuales, en su mayoría con arquitectura de doble controlador (N+1), ya no son suficientes.
- Continuidad de negocio ante el ransomware y las brechas de datos. En el mundo conectado de hoy, los ataques de ransomware y las brechas de datos en general son ya una realidad cotidiana. Pero ahora, los sistemas son más vulnerables que nunca. Para estar en condiciones de recuperar con rapidez las operaciones en caso de ataque, los equipos de TI deben contar con un programa de backup y recuperación que garantice la continuidad de negocio.
- Optimizar el soporte remoto. En la difícil coyuntura actual, soporte significa no solo resolver problemas sino también evitar que sucedan. En el caso de Infinidat, su infraestructura integra procesos de auto-curación (self-healing) y algoritmos de machine learning que alertan sobre los eventos antes de que sucedan. Gracias a ello, más del 98 % se resuelven de forma remota, en muchos casos sin que el usuario llegue a tener conocimiento.
- Trabajar estrechamente con proveedores, contratistas y otros terceros. En un momento como el actual, la coordinación con todos los actores (internos y externos) involucrados en la operativa técnica tendrá que ser mejor que nunca. Cuanto mejor sea el modelo de colaboración, más sencilla y precisa será la tarea de predecir y planificar recursos y tiempos de implementación.
- Alinear más que nunca las TI con el negocio. Ante una situación que puede extenderse durante meses, los responsables de TI habrán de tomar decisiones críticas, especialmente aquellos donde la demanda de servicios «Always On» es alta. Estas decisiones son algo más fáciles desde la llegada de los modelos “Pay as You Grow” y las nuevas fórmulas de tipo Capacity on Demand, ya que aportan la elasticidad necesaria para sacarle todo el partido al modelo.
- Elija la infraestructura adecuada, para hoy y mañana. Es obvio que las infraestructuras tendrán que crecer, o al menos ser optimizadas. Pero si ello implica adquirir, instalar y configurar nuevo hardware, conseguir la elasticidad necesaria puede llevar meses. Y, como mencionaba antes, la nube es agilidad, pero también costes. En definitiva, los CIOs deberán buscar opciones más asequibles para acomodar sus negocios a la nueva coyuntura, y garantizar resiliencia en el futuro.
Nadie puede predecir con exactitud cómo será el mundo cuando escampe la tormenta pero, pase lo que pase, una cosa parece segura: ya nada volverá a ser como antes. Como también es seguro que las TI van a registrar un nivel de exigencia sin precedentes. Pero enfrentarse a una situación que va a cambiarlo todo con parches -comprando nuevo hardware o pasando horas y horas desarrollando- no parece ser la mejor solución a medio y largo plazo. Elegir una infraestructura de TI que pueda soportar todo lo que depara el futuro ya no es simplemente una decisión estratégica; es una decisión capital.
Israel Serrano
Country manager de Infinidat Iberia