Cuando la publicidad en todas las estaciones de metro, en cada uno de los taxis y en cada uno de los mensajes de Twitter y LinkedIn habla de la importancia de la computación en la nube y de sus beneficios para el negocio, está claro que algo positivo aporta. Pero decidir cuál es la mejor combinación de soluciones en la nube para gestionar los distintos conjuntos de datos, las cargas de trabajo críticas, las aplicaciones y las tecnologías emergentes (incluyendo la IA, la IoT o blockchain), puede ser difícil y confuso.
Según Gartner, para 2022, el cambio a la nube en los mercados clave de TI de las empresas aumentará hasta el 28%, frente al 19% de 2018, y las organizaciones sin una estrategia de «cloud first», probablemente se quedarán rezagadas con respecto a sus competidores.
Además de esta oleada hacia la nube, los CIO de hoy en día están reconociendo cada vez más que las soluciones de nube de un solo proveedor son cada vez menos adecuadas para abordar los retos de datos actuales y los exigentes requisitos del negocio de mañana. Para poner esto en contexto, un reciente estudio de IDC encontró que se predice que el volumen de datos aumentará de 33 Zettabytes (ZB) en 2018 a 175 ZB en 2025, la mitad de los cuales se almacenarán en nubes públicas.
Si ya es difícil gestionar terabytes de datos en múltiples entornos con un único proveedor de cloud computing, imagínese hacerlo con zettabytes de conjuntos de datos dispares, a través de múltiples proveedores de nube que ofrezcan variaciones de entornos privados, públicos, híbridos y diferentes SLAs para arrancar.
Dejando a un lado a las personas, los datos se han convertido en el activo más importante para las organizaciones que operan en la economía digital actual. El cambio a la nube ha sido un factor subyacente para el auge de la transformación digital de la última década, pero un subproducto de este cambio (la multinube), ha supuesto un desafío sin precedentes para la gestión, uso y seguridad de los datos.
La responsabilidad de los datos es uno de los retos centrales a los que se enfrentan las organizaciones hoy en día, pero lo más frecuente es que las herramientas tradicionales simplemente no la tengan en cuenta a la hora de gestionar cargas de trabajo en diferentes entornos de nube o plataformas múltiples. Aunque hay un montón de soluciones de nicho que funcionan lo suficientemente bien en entornos específicos, ¿no es cierto que este enfoque de un solo uso fomenta la dependencia del proveedor y aumenta la complejidad en lugar de resolverla?
Al minimizar el riesgo de depender de un solo proveedor de cloud computing, proporcionar resiliencia y oportunidades de migración, y ofrecer los beneficios de agilidad, escalabilidad y elasticidad a lo largo del camino, los enfoques híbridos y multinube ya no son una cuestión de si, sino más bien una cuestión de cuándo. Y, a su vez, esto alimenta la necesidad de enfoques de gestión de datos que garanticen la protección y gestión de la información en cualquier plataforma o variedad de infraestructura de nube en la que resida.
En un entorno híbrido multinube, donde el cambio es la única constante verdadera, la capacidad de una organización para proteger los datos, moverlos libremente, recuperarlos y tener una visión única de sus activos de datos es fundamental para el éxito futuro.
Iván Abad
Director técnico de Commvault