La alta computación también se organiza para luchar contra el Covid-19. IBM, en colaboración con la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, el Departamento de Energía de los Estados Unidos, y otras organizaciones, está ayudando a lanzar el Consorcio de computación de alto rendimiento COVID19.
Un consorcio que cuenta con una potencia de computación extraordinaria: 16 sistemas que suman más de 330 petaflops, 775.000 núcleos de CPU y 34.000 GPU. Todo ello reunido con un propósito: ayudar a que los investigadores de todo el mundo puedan comprender mejor el Covid-19, sus tratamientos y sus posibles curas. “El objetivo es encontrar todas aquellas opciones disponibles que permitan utilizar nuestra tecnología y experiencia para ayudar a las organizaciones a resistir y adaptarse a las consecuencias de la pandemia y, al mismo tiempo, poder acelerar el proceso de descubrimiento y ayudar a que la comunidad científica y médica desarrolle tratamientos y, en última instancia, una cura”, explicó Darío Gil, director de IBM Research.
Un ejemplo de este potencial es Summit, la supercomputadora más poderosa del mundo propiedad de IBM. “Summit ya ha permitido que los investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge y de la Universidad de Tennessee puedan examinar 8.000 compuestos para encontrar aquellos que tienen más probabilidades de unirse a la principal proteína del coronavirus y hacer que sea incapaz de infectar células huéspedes”, explica Gil. Este, continúa, es únicamente un ejemplo del poder que tiene la computación para acelerar el descubrimiento. “Ahora es importante escalar este tipo de iniciativas y, por ello, IBM trabajará con nuestros socios del consorcio para evaluar las propuestas de investigadores de todo el mundo, y proporcionar acceso a esta capacidad de supercomputación a aquellos proyectos que puedan tener un impacto más inmediato”.