VMware, ha publicado un estudio, llevado a cabo por Vanson Bourne, que demuestra que casi el 65 % de los responsables de TI en Europa, Oriente Medio y África creen que hay un periodo aproximado de cinco meses de espera, entre el momento en que una empresa expone sus necesidades tecnológicas y el departamento TI consigue satisfacerlas.
“Un retraso de casi medio año entre lo que espera la empresa de la tecnología y lo que realmente tarda en satisfacerse esa necesidad es enorme. No debemos restarle importancia a la presión que sufren los departamentos de TI en esta nueva era del cloud y la movilidad mientras buscan el punto medio entre el aprovechamiento al máximo de los sistemas existentes y la necesidad de implantar nuevas tecnologías”, ha afirmado Alejandro Solana, director técnico de VMware Iberia.
Este estudio también ha revelado que el 55 % de los responsables de TI reconocen que las pequeñas empresas de la competencia consiguen modernizar sus infraestructuras tecnológicas con mayor rapidez, y que reaccionan antes a los cambios, de esta manera casi un 73 % de los encuestados se ven amenazados por empresas más pequeñas.
“Oímos constantemente que las empresas ven las TI como un motor de innovación, y tiene que ser así. Las organizaciones, ya sean grandes, medianas o pequeñas, precisan de una infraestructura que se pueda expandir o contraer según las necesidades de la empresa, que pueda aumentar la automatización para reducir la carga de gestión, y que ayude a mejorar la productividad y fomentar la innovación. Por tanto, la inversión debe recaer en los departamentos de TI para que puedan tener un verdadero impacto en la empresa y reducir así la brecha temporal”, ha añadido Solana.
Cinco meses es demasiado tiempo, y una brecha temporal tan dilatada tiene importantes repercusiones en las previsiones de rendimiento, competitividad y crecimiento de las empresas. Algunas de estas consecuencias ya se están haciendo notar, como la dificultad de innovación en todos los departamentos, la reducción de la productividad de la plantilla, o la pérdida de clientes que optan por competidores más ágiles. Por si todo esto fuera poco, una nueva era de las TIC empeora la agrava la situación y dilata, aún más, la brecha temporal, lo que también provoca una creciente presión en los departamentos TI. En este sentido, el estudio contempla que al menos un 69 % de los responsables de TI sienten que su departamento está bajo la presión del CEO, del CTO, o del mismo consejo de administración para modernizar las TI en los próximos 12 meses. Además, estos departamentos lidian con los constantes retos de recortar costes, aumentar la movilidad de la plantilla y trasladar la mayor parte de la infraestructura a la nube.
Ahora que parece que las economías evolucionan hacia la recuperación y a un período marcado por el crecimiento y el optimismo, el ritmo de las empresas será más rápido que nunca. Ante esta nueva oleada de innovación tecnológica que se está produciendo aquí y ahora, las organizaciones andan a la carrera para encontrar formas mejores y más rápidas de aunar las expectativas de la empresa con su ejecución por parte del departamento de TI. Definitivamente existe un impacto demostrable en el rendimiento de las empresas que logran hacerlas coincidir, pero por el contrario las que no lo logran, encontrarán siempre dificultades para maximizar la productividad en un momento en el que parece que vuelve el crecimiento”, ha añadido Rob Harborn, economista jefe del CEBR.