Teresa Ribera va a ser la próxima vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva en la Comisión Europea tras haber sido propuesta por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Desde su nueva posición asumirá la responsabilidad de vigilar que las grandes empresas no incumplan la legislación antimonopolio de la UE a la par que tendrá que lidiar con todas aquellas solicitudes para que la normativa no sea tan estricta y fomente la aparición de empresas europeas fuertes que sean capaces de competir en un mundo cada vez más globalizado.
Como comisaria de Competencia, Teresa Ribera podrá aprobar o vetar fusiones multimillonarias e imponer multas millonarias a aquellas empresas que no compitan en igualdad de condiciones o pongan en marcha políticas que no permitan competir a otras compañías más pequeñas.
En este sentido, uno de sus mayores retos será garantizar que las grandes empresas tecnológicas estadounidenses cumplan las leyes antimonopolio y faciliten la libre elección a los consumidores europeos. Es más, Apple, Google y Meta están en el punto de mira de Margrethe Vestager, todavía comisaria europea de la competencia, por incumplir la Ley de Mercados Digitales.
También tendrá que lidiar con la creciente popularidad de la inteligencia artificial «cuando crece la preocupación por que las grandes tecnológicas aprovechen su posición dominante», asegura Reuters.
Además, desde su nuevo cargo podrá continuar con las medidas contra las subvenciones que otorgan países fuera de la UE para impedir que empresas extranjeras adquieran empresas de la UE o participen en licitaciones públicas de la Unión con ayudas desleales.
Teresa Ribera, actual vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, tendrá que esperar a que el Parlamento Europeo apruebe su nombramiento. Desde 2018, año en el que Pedro Sánchez accedió a la presidencia del Gobierno, ha sido ministra de Transición Ecológica.