Si tuviéramos que elegir el factor de cambio más importante que está detrás de la transformación de los negocios en la actualidad y que es a su vez el motor de la ola de innovación tecnológica que se está produciendo, yo me quedaría con el concepto de agilidad. Las empresas necesitan más que nunca ser ágiles y toda esa innovación tecnológica va en esa línea: proporcionar a las empresas los medios para poder hacer más ágiles sus procesos productivos.
Hoy las empresas exigen tecnologías que les proporcionen agilidad. Es decir, capacidad para adaptarse rápidamente al cambio, para convertir, añadir, eliminar y ajustar rápidamente servicios o aplicaciones. Necesitan identificar qué partes de la infraestructura tecnológica son estratégicas e invertir en ellas, y disponer de infraestructuras suficientemente flexibles para ajustar el mix “in-house”-outsourcing/cloud en función de las necesidades del negocio.
Si hablamos de flexibilidad en lo tocante a infraestructura de red, está claro que SDN es una tecnología clave. Al analizar las diferentes aproximaciones del mercado vamos a dejar a un lado las aproximaciones cerradas y propietarias, que en mi opinión encajan mal en esa búsqueda de soluciones flexibles y que no fomentan la innovación, y nos vamos a centrar en aquellas aproximaciones basadas en estándares y en código abierto.
En este ámbito hay todavía un alto grado de controversia sobre qué es SDN, hasta donde se ha de llevar esa “separación” de planos en la red para poder hablar con propiedad de SDN, o qué planos de la arquitectura son los que realmente aportan valor al hacerlos más programables y abiertos.
SDN frente a Infraestructuras convergentes
Una de los grandes temas de debate alrededor de SDN es si la “abstracción” de la inteligencia de red es buena en todos los casos y hasta qué punto se puede llevar. A aquellos fabricantes que apuestan por la abstracción total habría que preguntarles por qué hay también cada vez mayor interés en las infraestructuras convergentes, que responden a una filosofía aparentemente contraria a SDN, en el sentido de que tratan de agregar componentes – hablamos de entorno de red de data center – en lugar de desagregar o abstraer inteligencia de la infraestructura. Veamos con más detalle las dos aproximaciones:
Infraestructura Convergente
Esta aproximación parte de la premisa de que se puede eliminar parte de la complejidad en el data center si somos capaces de abstraer la configuración de todo el entorno mediante la integración previa de todos los elementos que lo componen: red, servidores almacenamiento, de modo que al cliente se le ofrece una especie de centro de datos in-a-box. Ciertamente, este enfoque consigue externalizar la complejidad hacia el proveedor, y reduce el tiempo de desplegar o ampliar el centros de datos. El inconveniente es que nos enfrentamos a una solución cerrada. En mi opinión, creo que se puede disfrutar los beneficios que aporta una infraestructura convergente sin tener que ser una solución tan cerrada.
Software Defined Networking (SDN)
Por otro lado tenemos SDN que básicamente lo que hace es separar el hardware de red de la inteligencia de red, creando capas intermedias que aportan flexibilidad, control y automatización. Muchos fabricantes, incluyendo muchas de las nuevas empresas que ofrecen software SDN, se quedan en esta separación de planos en la parte de debajo de la arquitectura, lo que se conoce como southbound API. Sin embargo, en mi opinión, la capacidades de programación de la red que aporta SDN, van mucho más allá de este plano, yendo hacia arriba, hacia los planos de aplicación. Por ejemplo, podemos programar el modo en que las aplicaciones hablan con la red – pidiendo más recursos, informando de cómo el usuario utiliza una aplicación, o cuándo esa aplicación va a utilizar nuevos puertos TCP. Es lo que en términos SDN se denomina northbound API.
¿Hay realmente un conflicto entre estas dos aproximaciones?
A primera vista, pueden parecer dos enfoques opuestos: integrar y paquetizar componentes por un lado, y desagregar y tener más piezas intercambiables en la infraestructura por el otro. Sin embargo ambos enfoques tratan de eliminar complejidad o al menos ganar agilidad en la infraestructura. Los que tienen mucha prisa en reestructurar su data center pueden optar por la solución convergente “in-a-box”, mientras que los que están interesados en las redes abiertas y dinámicas, más orientados a la innovación en el largo plazo, pueden aprovechar las ventajas de SDN.
La realidad es que no es una elección entre todo o nada, no son enfoques mutuamente excluyentes, siempre que se opte por tecnologías abiertas. Después de todo, ¿de qué sirve SDN si las piezas no funcionan bien juntas? Muchos buscarán soluciones SDN probadas y con un alto grado de integración en un ecosistema mayor. Gracias al creciente número de iniciativas de código abierto como OpenDaylight, Open Networking Lab o ON.Lab hay un impulso creciente en soluciones abiertas, y gracias a arquitecturas de referencia como VSPEX y controladores como OpenDaylight, los beneficios de cada enfoque pueden ser personalizados para cada red.
Jose Carlos García, responsable técnico de Extreme Networks