En el puzle de la vida todas las piezas acabaron encajando en 2018. A unas les costó encontrar su espacio. Otras se unieron rápidamente. Y alguna que otra quiso perderse, con escaso éxito. Con el puzle completo el año decidió comenzar su retirada, mientras las nuevas fichas iban acercándose a la posición de salida.
2019 brillaba como solo saben hacerlo los nuevos sueños y las ilusiones intactas. El caprichoso destino decidió remover las piezas una y otra vez. Esta era la manera que tenía de demostrar que no iba a poner fácil el juego. Pero no importaba. Teniendo claro el objetivo, con el buen hacer y la perseverancia, se llegará a la meta.
Bienvenido 2019. Los que vamos a vivirte intensamente te saludamos.
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