En un movimiento sin precedentes en la política comercial estadounidense, Nvidia y AMD han aceptado pagar al Gobierno de Estados Unidos el 15 % de los ingresos que obtengan por la venta de chips avanzados en China. Según fuentes oficiales consultadas por Reuters, Nvidia y AMD han alcanzado este acuerdo como condición para recuperar las licencias de exportación que habían sido suspendidas el pasado mes de abril por motivos de seguridad nacional.
La medida afecta a algunos de los procesadores más potentes de ambas compañías, como el modelo H20 de Nvidia y el MI308 de AMD, diseñados para aplicaciones de inteligencia artificial. Estos productos, pese a estar sujetos a restricciones para evitar su uso en programas militares chinos, tienen una alta demanda en el país asiático por parte de gigantes tecnológicos y centros de investigación.
Un mercado demasiado grande para dejarlo escapar
China representa un pilar clave para ambas empresas. En su último ejercicio fiscal, Nvidia ingresó alrededor de 17.000 millones de dólares procedentes de este mercado, lo que equivale a un 13 % de su facturación total. AMD, por su parte, generó unos 6.200 millones de dólares, cerca del 24 % de sus ingresos anuales.
Según analistas del sector, el pacto refleja el delicado equilibrio que intenta mantener Washington: proteger su liderazgo tecnológico frente a Pekín sin asfixiar a sus propias empresas. “O vender estos chips es un riesgo para la seguridad nacional, en cuyo caso no deberíamos venderlos, o no lo es, y entonces ¿por qué imponer una penalización extra?”, cuestionó Geoff Gertz, investigador del Center for New American Security.
El acuerdo ha generado preocupación entre expertos en comercio internacional. Alasdair Phillips-Robins, exasesor del Departamento de Comercio durante la Administración Biden, advirtió que vincular permisos de exportación con un reparto de ingresos podría desviar el objetivo principal de estas regulaciones, que es proteger la seguridad nacional, no aumentar la recaudación.
Hasta ahora, las licencias de exportación estadounidenses nunca habían incorporado un componente de “peaje” económico directo. Esto convierte al pacto con Nvidia y AMD en un precedente inédito, con posibles repercusiones para otros fabricantes que operan en sectores estratégicos.
Lo que viene
La reanudación de ventas llega en un momento de creciente tensión tecnológica entre Estados Unidos y China, con la inteligencia artificial como nuevo campo de competencia geopolítica. Para Nvidia y AMD, el acuerdo garantiza mantener el acceso a uno de sus mayores mercados. Para Washington, abre una vía para reforzar el control sobre las exportaciones sensibles mientras se beneficia de un ingreso adicional que, según fuentes oficiales, se destinará a programas de innovación y seguridad tecnológica.











