Un informe de PwC alerta de que para 2035, un 32 % de la producción global de semiconductores estará expuesta a riesgos derivados del cambio climático debido a la dependencia del cobre, un porcentaje que podría aumentar hasta el 58 % en 2050 si no se frenan las emisiones de gases contaminantes. Esta amenaza afecta a una industria que hoy mueve 650.000 millones de dólares y que se espera supere el billón para 2030.
El estudio señala que las minas de cobre, clave en la fabricación de semiconductores, requieren un suministro constante de agua, pero se enfrentan a un aumento significativo del riesgo por sequías extremas vinculadas al calentamiento global. Por ello, tanto los países que exportan cobre como las empresas que fabrican semiconductores deberán adaptar sus cadenas de suministro y procesos para hacer frente a esta nueva realidad.
Glenn Burm, responsable global del área de semiconductores en PwC Corea del Sur, subraya que “los semiconductores son el motor invisible de la tecnología actual, presentes en dispositivos que usamos a diario como teléfonos, ordenadores, coches o electrodomésticos. Son esenciales para la economía, para el desarrollo de la inteligencia artificial y para la transición energética. Por eso es fundamental actuar ya para entender y gestionar los riesgos climáticos que amenazan su suministro”.
Actualmente, Chile es el único país que afronta un riesgo severo de sequía que pone en peligro su producción de cobre. Sin embargo, en menos de una década, la mayoría de los 17 países que suministran cobre a la industria de semiconductores se verán afectados por estas condiciones extremas. Según el informe, para 2035 al menos un 34 % del cobre utilizado en la fabricación de estos componentes procederá de zonas vulnerables a la sequía, lo que exige reforzar con urgencia la resiliencia de toda la cadena de suministro.
Para mitigar estos riesgos, PwC recomienda que las empresas mineras inviertan en tecnologías como plantas desalinizadoras y mejoren la eficiencia y reciclaje del agua. Por su parte, los fabricantes de semiconductores deben apostar por la innovación en materiales, diversificar sus fuentes de suministro y promover la economía circular. Lynne Baber, directora global adjunta de sostenibilidad en PwC, destaca que “adaptarse de forma inteligente al cambio climático no solo protege el valor económico, sino que impulsa la innovación y prepara a las empresas para liderar en un mundo cada vez más incierto”.











