Hay casos de uso que rompen con prejuicios e ideas establecidas en la relación entre la tecnología y el tradicional, y vital, sector primario. La alianza entre las Bodegas Familiares Matarromera y Microsoft es un eficiente ejemplo de cómo la tecnología ha contribuido a lograr mejores cosechas de negocio en un área con tanta tradición como la vitivinícola. La empresa castellana, que empezó a apostar por la tecnología como vía de mejora para su negocio en 2007, ha establecido un plan tecnológico de subida a la nube de Microsoft de la mano de TIPSA, partner de la multinacional especializado en este sector.
Equilibrio perfecto entre la tradición y la tecnología. Julio Pinto, CEO de Bodegas Familiares Matarromera, defiende el binomio en beneficio del negocio. “Aunque seguimos haciendo el vino o tratamos de hacerlo como los monjes en el siglo XII o XIII, nuestros procesos están tecnificados: todo se controla y se analiza. En nuestras bodegas hay tecnología por todas partes”.
Pinto recuerda que la tecnología no es el foco pero sí el habilitador. “Lo importante son los procesos, que son los mismos, pero cada vez más tecnológicos, más eficientes, más rápidos y más sencillos”. Una filosofía que comparte Carlos Moro, fundador de la empresa. “Para tener los mejores vinos necesitamos la mejor información”.
“Solo un buen sistema informático nos puede permitir hacer las cosas con el mimo y la atención que cada bodega, cada tipo de vino y cada cliente requiere”
Con el sello de calidad de la marca Matarromera, la empresa divide su estructura actual en torno a 11 bodegas que pertenecen a 7 Denominaciones de Origen (Ribera del Duero, Cigales, Rueda, Rioja, Ribeiro, Riax Baixas y Toro), además de la producción de un vino sin alcohol. Un proyecto familiar, con un tamaño mediano, que ha apostado siempre por la alta calidad, lo que le ha llevado a que su vino “estándar” sea el crianza que exige, al menos, 12 meses en barrica. “No queremos ser una bodega de volumen. Buscamos la excelencia y competir a nivel mundial; con una imagen de marca muy reconocida”. Con más de 1.250 hectáreas repartidas por España, la producción anual ronda las 900.000 botellas, 150.000 de ellas con sello de alta calidad, por encima del vino de crianza. Bajo una organización común, el objetivo es que cada una de las bodegas cuente con su propia marca. “Cada una está en un sitio distinto, con sus propios viñedos, con un enólogo y una viticultura independiente”, explicó el CEO.
Un sistema complejo que ha derivado en 16 marcas de vinos, distribuidos por más de 300 compañías, tanto nacionales como extranjeras. “Solo un buen sistema informático nos puede permitir hacer las cosas con el mimo y la atención que cada bodega, cada tipo de vino y cada cliente requiere”, explicó Carlos Moro.
La tecnología, en el camino del vino
Fundada en el año 1988, su apuesta por la tecnología y la innovación empezó en 2007 apostando por una infraestructura en local ubicada en su bodega más emblemática y primigenia ubicada en Valbuena de Duero. Un proyecto liderado por TIPSA, un integrador centrado en la gestión de este sector vitivinícola, con el que ya se unificó la gestión de las diferentes bodegas, lo que permitía obtener información actualizada en tiempo real de todas las áreas de gestión. Entre sus hitos vinculados con la innovación y la sostenibilidad, Matarromera fue la primera bodega en calcular la huella de carbono en una botella de vino en 2005. Años después la bodega Emina, ubicada en la Ribera del Duero, fue el primer proyecto integral de bodega sostenible.
La evolución tecnológica y sus ambiciones de negocio han obligado a la empresa a dar un salto de calidad y apostar por la nube. La elección ha sido Microsoft. “Hemos migrado a la nube, con Dynamics 365 Business Central, lo que nos va a permitir disfrutar de una visión unificada de los datos para aprovecharlos en beneficio de nuestro negocio, con la ayuda de la inteligencia artificial”.
El crecimiento de los datos, generados todos estos años, ha sido exponencial, alcanzando todas las áreas de la empresa: la evaluación de cada parámetro de la producción a través de sensores IoT (Internet de las Cosas), la gestión de clientes, el departamento financiero o las áreas comerciales y de marketing. “La nube de Microsoft nos permite tener acceso desde cualquier parte del mundo y desde una tableta a nuestros sistemas”, señala Pinto.
Esta migración vuelve a estar liderada por TIPSA y su nueva versión de VinoTEC, su solución específica para el sector vitivinícola desarrollada sobre Dynamics 365 Business Central. Una migración que alcanzará a todas las aplicaciones del grupo bodeguero. “Tenemos ya integrado todo el Microsoft365 y el objetivo es migrar todo a Dynamics 365 Business Central”, explica Pinto.
“Hemos migrado a la nube, con Dynamics 365 Business Central, lo que nos va a permitir disfrutar de una visión unificada de los datos para aprovecharlos en beneficio de nuestro negocio»
Un proyecto, a largo plazo, que ha concluido su primera fase, y que alcanzará la integración de los sensores de campo. “Gracias a la integración con Power BI, todos los informes con los que trabajamos son dinámicos, con datos consolidados de varias aplicaciones”, continúa. Bodegas Familiares Matarromera disfruta de una gestión eficiente. “Hemos reducido los costes”, desvela. Y no solo desde el punto de vista de la infraestructura. “Se han acabado las migraciones. A partir de ahora se llevarán a cabo de forma automática en Business Central lo que supone una gran ventaja”. En el área de la seguridad, disfrutan de la protección de nivel empresarial que proporciona la nube de Microsoft, incluyendo protección contra los ciberataques, con una mejora en la ejecución de las copias de seguridad.
También se han mejorado las conexiones remotas (VPN) protegidas y ha habido un ahorro en el mantenimiento de licencias de software. La automatización de una buena parte de las tareas permite a la plantilla centrarse en labores de mucho más valor. “El mundo del vino está muy burocratizado y hemos conseguido automatizar el envío de mucha documentación, lo que ha supuesto enormes ventajas”. La empresa disfruta de una integración y una visibilidad de todos los procesos.
No olvida el concurso de la inteligencia artificial. “Ya estamos empezando a ver sus grandes ventajas. Todo el entorno de Microsoft cuenta ya con su Copilot: generación de informes, presentaciones en PowerPoint, creación de documentos, etc.”. Una inteligencia que, como recuerda, “genera unas sugerencias que, evidentemente, hay que corregir y matizar”.
Enfoque en la sostenibilidad y en la innovación
La sostenibilidad forma parte de la estrategia de la empresa. Además de contar con placas bifaciales que producen electricidad por ambas caras en sus construcciones, la empresa fue la primera en medir la huella de carbono. Dispone de la certificación SWfCP (Sustainable Wine and the For Climate Protection) desarrollada por la Federación Española del Vino, que define los criterios que debería cumplir una bodega sostenible. “Medimos la huella de carbono y la hídrica de todos nuestros procesos, lo que incluye, incluso, el transporte de nuestras botellas a su destino final”. Se trata, explica Pinto, de “un compromiso tan exigente que nos lleva a apostar por innovaciones radicales, porque si no, no podemos cumplir con él”.
La IA: presente y futuro
La apuesta por las soluciones cloud de Microsoft abre a la plantilla de la empresa la inteligencia artificial generativa de Copilot en cada paso de sus procesos. Andrés Sáenz, director de marketing y comunicación de TIPSA, recordó que “con Microsoft Cloud se redefine la manera de hacer las cosas”. La especialización de TIPSA en el área vitivinícola está soportada en sus despliegues tecnológicos en más de 350 bodegas.
Las ventajas que abre el uso de Copilot en la empresa alcanza a todos los departamentos: desde el cuidado de la experiencia de cliente y la identificación de oportunidades comerciales hasta la conciliación bancaria por parte del equipo de finanzas, dando soporte a un proceso crucial que asegura que los registros contables de la empresa coincidan con los extractos bancarios emitidos por la entidad financiera, e identificando discrepancias de un modo automatizado. “También es muy útil para la elaboración de materiales de marketing y el apoyo a la enología, a través de la creación de notas de cata tomando como referencia las características particulares de cada producto”, explicó.
Gracias al uso de la IA es posible disfrutar de un control integral de la gestión y producción, a través de un árbol de trazabilidad. Por ejemplo, tomando como inicio un producto terminado, es posible regresar a los orígenes (trabajos de campo, recogida, productos auxiliares, etc.) a través del proceso productivo, considerando operaciones de compra, venta, vendimia, elaboración, crianza, embotellado, etc.