La IA tiene nueva jefa: Europa. El viejo continente impone límites a la inteligencia artificial con la Ley de Inteligencia Artificial que, después de haberse aprobado el pasado mes de marzo y haber publicado en el diario oficial de la Comisión Europea en julio, entra hoy en vigor y se aplicará a todos los sistemas de inteligencia artificial ya existentes o en desarrollo.
Esta normativa, pionera, busca garantizar que el desarrollo y uso de la IA se realice de manera ética, segura y transparente, protegiendo al mismo tiempo los derechos fundamentales de los ciudadanos.
¿Cuáles son los puntos clave de esta ley?
- Enfoque basado en el riesgo: La ley clasifica los sistemas de IA según el nivel de riesgo que representan, desde los de riesgo mínimo hasta los de alto riesgo. Estos últimos, como los sistemas utilizados en recursos humanos o en infraestructuras críticas, estarán sujetos a requisitos más estrictos.
- Prohibiciones claras: La ley prohíbe explícitamente el uso de sistemas de IA que manipulen el comportamiento humano de manera subliminal o exploten las vulnerabilidades de grupos específicos, como niños o personas con discapacidad.
- Transparencia y responsabilidad: Las empresas que desarrollen o utilicen sistemas de IA de alto riesgo deberán cumplir con requisitos de transparencia, documentar sus sistemas y ser responsables de su funcionamiento.
- Gobernanza y supervisión: Se establecerán mecanismos de gobernanza y supervisión para garantizar el cumplimiento de la ley y adaptarse a la evolución de la tecnología.
¿Qué podemos esperar de esta ley?
Se espera que la entrada en vigor de esta ley marque un antes y un después en el desarrollo y uso de la IA. Entre otras cosas, se puede esperar que, al establecer un marco regulatorio claro y transparente, aumente la confianza en esta tecnología.
Por otra parte, la ley no solo establece restricciones, sino que también busca impulsar la innovación en IA, siempre y cuando se realice de manera ética y segura, respetando los derechos fundamentales, como la privacidad, la no discriminación y la protección de datos.
Además, la ley crea un marco común para la IA en toda la UE, facilitando la comercialización de productos y servicios basados en esta tecnología.
Se calcula que la adaptación a la nueva ley puede llevar entre tres y seis meses, dependiendo del tamaño de la empresa y de la importancia de la IA en su flujo de trabajo. En casi de no cumplir con esta Ley, las empresas podrían enfrentarse a una multa de hasta el 7 % de su facturación anual global.