La consultora IDC prevé que este año la inversión en TIC superará los 53.500 millones de euros en España, lo que supone un crecimiento del 3,4 %. Todo ello a pesar del entorno económico actual, lastrado en gran medida por la inflación y todavía arrastrando problemas con la cadena de suministro. El buen dato viene a confirmar lo que las encuestas de la Asociación @aslan ya venían apuntando, en las que dos terceras partes de los profesionales encuestados preveían mejores o iguales perspectivas de crecimiento que en 2022.
Entre los vectores de inversión TIC destacan la mejora de la experiencia del cliente, el aumento de la eficiencia a través de la hiperautomatización de procesos, el incremento de la competitividad aprovechando el poder la movilidad… No en vano, los estudios indican que si el tejido empresarial se vuelca con su transformación digital, el PIB en España podrá aumentar entre 1,5 y 2,5 puntos porcentuales al año hasta 2025, incrementando la productividad entre un 15 % y un 25 % en un segmento tan crítico como la pequeña y mediana empresa.
Para avanzar en este proceso, las organizaciones están transformando sus redes empresariales, mirando cada vez más al as-a-service con modelos de pago por uso o suscripción. Si bien es verdad que las infraestructuras locales no desaparecen, no es menos cierto que empresas y Administración giran hacia entornos híbridos en los que, además, se apuesta por más de un proveedor cloud.
Así lo pone de relieve Gartner, que en sus estudios sobre el uso de nube pública indica que el 81 % de las organizaciones admite que trabaja con al menos dos proveedores cloud distintos. Estos planteamientos, en los que se combinan el SD-WAN y edge computing, traen consigo importantes beneficios, como son un mejor soporte a los empleados que teletrabajan, así como una mayor escalabilidad y agilidad a la hora de responder rápidamente a cambios de demanda de los servicios TIC motivados por picos en las cargas de trabajo.
Sin embargo, a estas ventajas derivadas de los entornos híbridos multicloud también les acompañan una serie retos a los que es preciso dar respuesta, con la gestión y gobernanza o la seguridad a la cabeza.
Automatización y eficiencia
Las arquitecturas híbridas y multicloud exigen tener una visibilidad y capacidad de monitorización mayor, especialmente si se quieren aprovechar las ventajas de contar con cargas de trabajo dinámicas y distribuidas. Para ello, las tecnologías de automatización RPA (Robotic Process Automation), combinadas con las de Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning (ML) juegan un papel fundamental.
Gracias a la implementación de este tipo de tecnologías es posible identificar, investigar y resolver problemas en entornos multicloud. Los algoritmos pueden detectar comportamientos anómalos de determinadas aplicaciones o servicios y determinar automáticamente si se debe a un problema de esa aplicación o al mismo rendimiento de la red, activando los mecanismos necesarios en cada caso.
Esta capacidad de automatizar determinados procesos y tareas de gestión descargan extraordinariamente a los departamentos de TI, pudiendo invertir su tiempo en tareas que reportan mayor valor añadido a la organización. Realizar una gestión proactivas mediante esta hiperautomatización tiene un impacto positivo en la disponibilidad de los servicios y, por tanto, en la continuidad de negocio.
La seguridad omnipresente
Por otro lado, al expandir las redes y el propio datacenter más allá del perímetro del cortafuegos, la superficie de ataque aumenta y, con ella, los riesgos y vulnerabilidades para toda la organización. En este sentido, la ciberseguridad debería ser una prioridad en cualquier proyecto de transformación digital y, de hecho, junto al 5G y la automatización es la tercera gran megatendencia identificada en las encuestas que realiza la Asociación @aslan entre sus empresas miembro.
A la cabeza de los topics que serán más relevantes este año, según estas mismas encuestas de la Asociación, destaca SASE (Secure Access Service Edge) y no es casual. Esta arquitectura de red, que combina capacidades de VPN y SD-WAN con funciones de seguridad nativas de la nube, está llamando la atención de un número creciente de organizaciones que buscan blindar los accesos tanto a las aplicaciones como a sus datos, ya sea on-premise o cloud.
A través de SASE, bajo un modelo de consumo as-a-service, es posible disfrutar de servicios de red y seguridad nativos cloud, protegiendo todo el entorno, incluidos los endpoints adoptando una filosofía zero-trust. Gartner prevé que de aquí a 2024, al menos un 40% de las empresas desplegarán estrategias para la adopción de SASE, en la que la IA también ocupa un papel relevante para ofrecer información contextual y ayudar a identificar y priorizar las amenazas más graves entre todas las vulnerabilidades posibles.
Todo ello forma parte del nuevo enfoque hacia la ciberresiliencia que, tal y como indica IDC; se está extendiendo hasta el punto de que el 60% de las principales empresas europeas incrementará un 20% sus inversiones en esta materia para 2024, lo que supondrá un gasto adicional de casi 6.000 millones de euros en seguridad.
El papel del canal
El canal, en sus más diversas vertientes, es un actor fundamental en este proceso de transformación digital en el que están embarcadas empresas y Administraciones Públicas. Espantados los fantasmas que la nube trajo consigo, lejos de propiciar pérdida de negocio para el canal, lo que ha hecho el mundo cloud es reforzarlo como especialista en digitalización que es. No basta con saber de tecnología, además, es preciso contar con una visión de futuro para pensar, planificar y reaccionar en el largo plazo.
Un tercio de los proyectos de transformación digital no llega a buen puerto y, en muchas ocasiones, el motivo no es tanto la tecnología escogida como los compañeros de viaje seleccionados. Por esta razón, el canal se ha convertido en la piedra angular de este tipo de iniciativas, pero para conseguirlo ha tenido que experimentar también su propia transformación, transitando de un modelo transaccional a otro más orientado a servicio.
En el Congreso&EXPO ASLAN2023 no somos ajenos a esta evolución como tampoco lo somos al resto de las tendencias tecnológicas que están cambiando el modo de trabajar y relacionarse de empresas y Administraciones. Todo el conjunto conforma un ecosistema, un círculo virtuoso en el que se dan cita todos los agentes con los que plantear la hoja de ruta de cualquier estrategia de digitalización.
En la Asociación @aslan valoramos el esfuerzo de todo el sector TIC para arrimar el hombro en esta época de incertidumbre y nos sentimos partícipes en la creación de esta cultura de co-innovación con la que resulta más sencillo capear el temporal y avanzar con paso firme. Con ese objetivo y esa convicción nuestro Congreso celebra este año su trigésima edición, habiéndose convertido en una cita ineludible tanto para empresas como para el sector público que encuentran en la innovación digital el mejor pasaporte para el futuro.