En un movimiento tan inesperado como ambicioso, la startup de inteligencia artificial Perplexity ha lanzado una oferta no solicitada de 34.500 millones de dólares en efectivo para comprar Google Chrome, el navegador más utilizado del mundo. La cifra, casi el doble de su propia valoración —estimada en 18.000 millones—, busca aprovechar la incertidumbre que atraviesa Alphabet mientras un tribunal estadounidense estudia si debe desprenderse de Chrome para cumplir con un fallo antimonopolio, según adelantaron The Wall Street Journal, Reuters, Al Jazeera y CRN.
El caso se remonta a 2024, cuando el juez federal Amit Mehta dictaminó que Google había mantenido de forma ilegal un monopolio en el mercado de búsqueda online. Según la sentencia, la compañía cerró acuerdos exclusivos con fabricantes como Samsung y Motorola para preinstalar Chrome y Android, reforzando así su control. El Departamento de Justicia considera que la venta del navegador sería una de las medidas más efectivas para restablecer la competencia. La decisión final sobre el remedio se espera para finales de agosto.
Una apuesta estratégica con respaldo inversor
Aunque Perplexity no ha detallado cómo financiaría la compra, Reuters asegura que varios fondos de capital riesgo están dispuestos a cubrir el importe total. Fundada en 2022 y con sede en San Francisco, la compañía ha recaudado 1.000 millones de dólares de inversores como SoftBank y Nvidia. Su CEO, Aravind Srinivas, ha prometido que, de prosperar la operación, mantendría el código abierto de Chrome y conservaría a Google como motor de búsqueda predeterminado.
Actualmente, Perplexity desarrolla Comet, su propio navegador con IA, capaz de realizar tareas automatizadas para el usuario. Integrar Chrome —que supera los 3.000 millones de usuarios— le daría una base de clientes masiva y le permitiría competir de tú a tú con rivales como OpenAI, que también trabaja en un navegador con IA generativa.
Competencia y reacciones
Chrome no es solo una herramienta de navegación: es una puerta de entrada esencial a datos de usuario y tráfico web, un activo de gran valor en la carrera por la inteligencia artificial. Perplexity no es el único interesado. Reuters apunta que OpenAI, Yahoo y el fondo Apollo Global Management también han tanteado su posible compra. Alphabet, por su parte, no ha mostrado intención de vender y sigue adelante con su apelación.
El anuncio tuvo un impacto inmediato en bolsa: las acciones de Alphabet subieron un 1,4 % en la jornada, mientras SoftBank —uno de los potenciales financiadores— se revalorizó un 6,9 %. Nvidia apenas registró cambios. Perplexity, al no cotizar, no reflejó movimientos públicos.
Si se concreta, la operación sería uno de los mayores movimientos corporativos de la década en el sector tecnológico, con implicaciones tanto estratégicas como regulatorias. Para Google, perder Chrome supondría renunciar a un canal clave en su ecosistema publicitario y de recopilación de datos.
Para Perplexity, en cambio, significaría pasar de competidor emergente a actor central, con un activo que le permitiría acelerar la integración de IA generativa en la navegación web y posicionarse como alternativa a los gigantes actuales.
En el terreno regulatorio, marcaría un precedente histórico: sería la primera gran desinversión forzada de un activo tecnológico global en la era de la inteligencia artificial. Este caso podría influir en futuras decisiones en Europa y otros mercados.
Si Alphabet logra frenar la desinversión, el movimiento de Perplexity quedará como un golpe de efecto para ganar visibilidad y abrir debate sobre el futuro de la búsqueda y los navegadores. En cualquier escenario, el episodio ya ha agitado el tablero y podría acelerar la llegada de navegadores con capacidades nativas de IA como nuevo centro de la experiencia digital.











